Discúlpame Patricia
Ordenar mis libros, el primer día del año, es una agradable y cuidada costumbre de la que disfruto siempre. Entre la amplia colección de libros que no había revisado, uno en especial, sí, uno, me sorprendió. Interrumpí mi trabajo para detenerme a revisarlo, se trataba de un libro de Patricia del Valle. Desconcertado y conmovido, me senté a leer, esperé disfrutar de los poemas de Patricia, nuevamente fue fulminante la sorpresa porque no era el libro que esperaba, se trataba de “Once”, un libro de cuentos. No sé cómo llegó a mis manos y tampoco entendí por qué no lo había revisado antes, lo cierto es que al final de la lectura me sentí algo aliviado porque tenía una deuda con Patricia: no me perdono no haberle dedicado mi columna ante su partida.
Por eso inicio el año dedicando esta columna a Patricia del Valle, la serena y siempre talentosa poeta arequipeña. El 21 de octubre de 2022 fuimos sorprendidos con la triste noticia de su fallecimiento. Los días posteriores a su sepelio, muchos de sus amigos, tratamos de explicarnos sin entender la fragilidad de la vida y los inesperados y arteros trances que en unos segundos nos asestan golpes tan fuertes que nos dejan herido de por vida el corazón y eternizan un dolor del cual es difícil desprendernos. Es que la muerte, no nos da tregua, siempre nos asedia, sin embargo, como lo afirmó Isabel Allende “La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo”.
Patricia del Valle siempre escribió poemas muy bien logrados. Veamos una muestra que nos fulmina de principio a fin: “Trato de entender los signos / que me muestra la vida / junto una a una / las palabras que imagino. / Sé que estoy un poco en mis recuerdos / OTRO / en los recuerdos de los demás / ¿Será que también existo en el olvido? / Tal vez / si reconstruyo los retazos de vida / que encuentro / pueda lograr una imagen / desvirtuada / de lo que realmente soy”. Supo lidiar con su labor profesional como arquitecta y su pasión por la poesía. Su legado literario es vasto donde destacan los poemarios “Yokasta yo” (2005), “Soy Otra” (2010), “Hielo Negro” (2014), “Músika para sordos” (2017) y “Travesía Moche” (2018) que publica con las poetas de Tetralogos.
Su pasión por la poesía la revelaba su tierna mirada, esa bella alborada que era anuncio para no olvidarla. Estas tardías letras llevan mis disculpas, querida Patricia.
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