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Disolución parlamentaria en Alemania

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Fecha Publicación: 30/12/2024 - 22:10
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No se ha disuelto el parlamento alemán inconstitucionalmente como si se tratara del Congreso peruano en la época de Vizcarra. En principio, el tipo de gobierno parlamentario tiene la cualidad de absorber las crisis, propiciando el cambio de gobierno mediante elecciones parlamentarias anticipadas. El gobierno proviene de la correlación de fuerzas de la cámara política, la de diputados, en este caso denominada Bundestag. El jefe de gobierno es el canciller federal, cargo que ostenta el diputado líder del partido con más escaños, hasta hoy, el socialdemócrata (SPD) Olaf Scholz.
Recientemente el gobierno tuvo que despedir al ministro de Finanzas, el líder de los progre-liberales (FDP) Christian Lindner, quien reclamaba la reducción del gasto público, rompiendo así la alianza gubernamental al perder la mayoría absoluta en la cámara.
Enfrentando con madurez la crisis política, Scholz coordinó con el presidente federal Frank-Walter Steinmeier, quien desempeña un cargo esencial, pero sin mayor influencia política, y con el líder de la oposición, Friedrich Merz (CDU), a fin de establecer una calendarización ordenada del proceso político. Producto de las negociaciones, se evitó que Merz tuviera que trabajar la presentación de un voto de censura constructivo, lo que hubiera exigido articular una nueva alianza parlamentaria, acordando en cambio que Scholz presentara a la cámara un pedido de confianza, el mismo que, predeciblemente, perdió. Eso habilitó a Steinmeier a disolver el Bundestag, previa consulta protocolar con los líderes de la cámara. Sigue Scholz como “jefe de gobierno encargado” hasta que se urda una nueva alianza parlamentaria que, según las encuestas, permitirá en su momento que Merz asuma la jefatura del gobierno, distribuyendo parte del gabinete entre los principales dirigentes de sus aliados.
Los socialcristianos de la CDU aspiran a obtener la mayoría absoluta de la cámara, pero las encuestas sugieren que las elecciones parlamentarias del 23 de febrero les otorgarán el mandato de gobernar en alianza. El atentado terrorista en el mercadillo navideño de Magdeburgo aumenta las posibilidades electorales de la derecha de Alice Weidel (AfD), quien podría obtener la segunda votación nacional, producto de su prédica contraria a la descontrolada migración musulmana que ya molesta o indigna al elector alemán promedio.
Actualmente es un dogma político no formar gobierno con la AfD, pero el FDP podría no llegar al 5% y quedar fuera, y los Verdes podrían no aportar suficientes escaños para asegurar la mayoría absoluta, por lo que sería necesario acordar con el alicaído SPD, a manera de una Gran Coalición CDU-SPD. Con ello, la AfD aseguraría el liderazgo de la futura oposición y, posiblemente, la victoria en la siguiente elección parlamentaria, dando un vuelco de 180 grados a la política alemana.

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