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¿Distanciándonos (más) de Estados Unidos?

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Fecha Publicación: 01/05/2025 - 23:00
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China propone construir un tren bioceánico para conectar Brasil y el megapuerto Chancay en Perú, atravesando Bolivia. La inversión estimada supera los US$3,500 millones. El objetivo, sin duda, es mejorar la conectividad comercial entre Sudamérica y China, evitando el canal de Panamá o el estrecho de Magallanes.
El recorrido ferroviario sería de aproximadamente 3,755 kilómetros, partiendo del puerto Santos, Brasil, pasando por Bolivia y acabando en el megapuerto Chancay, en las afueras de Lima. Esta es una iniciativa estratégica para fomentar el comercio peruano-brasileño con China. Aparentemente, ya habría sido debatida en reuniones bilaterales y diplomáticas entre estos tres países. Sin embargo, para los peruanos es una noticia sorpresiva, aparecida en medios foráneos, como Infobae, de donde provienen sendos detalles de este comentario.
El trayecto ferroviario atravesaría áreas sensibles como la Amazonía y reservas naturales que están protegidas, cuya biodiversidad y ecosistemas requieren soluciones sostenibles que minimicen un probable daño ecológico. Por cierto, China propone financiar su iniciativa, compartiéndola entre los tres países. Aunque, repetimos, el principal beneficiado por este negocio será fundamentalmente China. Incluso, el mismo enfrenta desafíos naturales que perjudicarán nuestra zona selvática, desde el ingreso de la línea férrea —posiblemente por Puno— hasta la costa, pasando por los Andes para, finalmente, arribar a Chancay.
Evidentemente, esta aspiración nos colocaría en una envidiable posición como nación líder en comunicaciones marítimas latinoamericanas. Ni qué decir si, además de aquello, el Perú consigue más adelante consolidar el proyecto del puerto Corio en Arequipa.
El ambicioso proyecto de China para construir un tren bioceánico que conecta Brasil con el megapuerto de Chancay, en Perú, requiere una inversión superior a US$3,500 millones. El proyecto, repetimos, tendría como fin mejorar la conectividad comercial entre Sudamérica y China, reduciendo la dependencia de rutas marítimas vía Canal de Panamá o Estrecho de Magallanes.
Se supone que esta iniciativa conecta el puerto Santos en Brasil con el megapuerto Chancay en Perú, atravesando Bolivia. La propuesta, aparentemente, ha sido debatida en reuniones diplomáticas trilaterales entre Perú, Brasil y China. ¿Sabemos qué opina Bolivia?
La existencia de áreas sensibles como la Amazonía y reservas naturales exige soluciones sostenibles, para minimizar el daño ecológico en áreas protegidas como el Parque Nacional Sierra del Divisor en Perú, asunto que genera preocupación sobre la conservación de la biodiversidad y de los ecosistemas; sin desmedro de problemas sociopolíticos que pudiesen entorpecer la construcción de esta carretera, como sería su paso por Bolivia, país que ahora atraviesa por una seria convulsión interna.
Por estas cuestiones, llama la atención que nuestro gobierno haya mantenido en absoluta reserva semejante iniciativa china. Porque coloca al Perú en una muy compleja coyuntura ante nuestro tradicional aliado, Estados Unidos, que, como es manifiesto, se encuentra en clara discordia con China; desconociéndose las implicancias bilaterales de lo que sería una mayor consolidación comercial, política, económica y social peruano-China comunista. El haberse mantenido en secreto esta información grafica la dimensión del rabo de paja del régimen Boluarte, su absoluta irresponsabilidad y una enorme sobredosis de imprudencia. ¿Qué opina el canciller Schialer?

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