Divorcio con los hijos
Así como la felicidad está dentro de nosotros, la libertad se ubica en nosotros mismos para sentirnos libres, tomando decisiones para el beneficio de la persona. Si los padres son libres en resolver las cosas en diferentes escenarios, los hijos aprenderán ese patrón de comportamiento para sus propias vidas, empero cuando existen limitaciones emocionales los hijos no crecen emocionalmente orientando su vida a formar una personalidad dependiente que los conducirá al fracaso, a perder su creatividad, inseguros para sus decisiones, siempre desean contar con la aprobación de otras personas. Sin ir muy lejos, dentro de los países latinoamericanos que he podido visitar he observado cómo las personas desde niños de acuerdo a su desarrollo se visten, cambian de ropa, se lavan, toman sus alimentos, estudian, realizan sus tareas, pero por lo general en nuestro país la educación es dependiente, partiendo del hogar, la escuela, incluso cuando son jóvenes y más aún cuando escogen sus parejas. Por lo tanto, es importante que los padres tomen conciencia de la importancia que los hijos sean independientes, caso contrario corren el riesgo que los hijos de sus hijos repitan e internalicen el mismo modelo aprendido.
Como dice la psicoterapeuta Doctora Kasimir, los padres no son dueños de sus hijos sino guía de los mismos, porque de lo contrario forman una personalidad dependiente caracterizado por la excesiva dependencia de otras personas para tomar decisiones importantes de su vida, presentando gran temor al abandono, sentimientos de impotencia, aceptación pasiva de los deseos de los demás e incapacidad para afrontar las demandas de la vida cotidiana. Se debe tener presente que la ausencia de iniciativa puede estar presente en la esfera emocional o intelectual con tendencia a delegar la responsabilidad en otros.
Sobre este tema que comento no quiere decir que entre los padres y los hijos exista fricciones sino todo lo contrario que cada uno tenga la libertad de resolver las propias incidencias del día a día sin invadir los espacios de cada uno de ellos. Un caso de la vida real es el conductor de un programa de televisión que duró muchos años al aire, tenía tres hijos, dos murieron y uno vive. El padre los sobreprotegió de tal manera que ninguno creció emocionalmente, intelectualmente, ni supieron valerse por sí mismos, las decisiones de los hijos tenían que ser consulta al padre, perdieron su iniciativa, creatividad e imaginación. Por lo tanto, el divorcio con los hijos es “ellos sean arquitectos de sus propios destinos”.
Enséñales a los hijos la humildad para que pueda recordar siempre la sencillez de la verdadera grandeza, la imparcialidad de la verdadera sabiduría, y llegues a la conclusión existencial “no he vivido en vano”.