Doble rasero caviar

Tarde o temprano saltaría la liebre. Ocurrió ayer. La Fiscalía de la Nación decidió abrir investigación a todos. menos dos sujetos, mencionados por Jaime Villanueva, ex Gerente del Ministerio Público, y ex asesor de la aún suspendida Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, durante su pormenorizada confesión ante funcionarios del Ministerio Púbico. La Fiscalía abrió instrucción contra quienes resulten culpables de los graves delitos denunciados por Villanueva, cuya palabra bastó para que el Ministerio Público nombre Fiscal Accidental de la Nación a Juan Carlos Villena, y, simultáneamente, suspende a la entonces Fiscal de la Nación, Patricia Benavides.

En consecuencia, la palabra de Jaime Villanueva valió para que la Fiscalía de la Nación suspenda a Patricia Benavides. Aquello le convenía a la mafia que ocupa ilegalmente el Ministerio Público. No obstante, esas mismas palabras de Villanueva se tornaron en “insuficientes” para que el Fiscal Accidental de la Nación investigue, como miembros de una organización criminal, a dos individuos que actualmente ostentan en forma indebida las riendas de la Fiscalía. Entre ellos, Gustavo Gorriti y Pablo Sánchez, ex Fiscal de la Nación. Esta negativa del Ministerio Público para imputar a Gorriti y Sánchez por estar involucrados en las declaraciones de Jaime Villanueva como invasores del Ministerio Público, demuestra la parcialización del citado Fiscal de la Nación con la mafia que hace dos décadas manipula nuestra Fiscalía. Y esto sólo demuestra que las fuerzas exógenas que aún mueven los hilos de la Fiscalía de la Nación rechazan que el poder Judicial las investigue, lo que ya representa una gravísima afrenta al Estado de Derecho, a la Constitución y la vida en democracia. Reiteramos, amable lector. Tamaña rebelión del llamado sector caviar, progre o como quiera denominarse, demuestra que esa gente es capaz de quebrantar el sistema legal, con tal que la ley y el orden jamás invadan lo que indefectiblemente ellos consideran “sus fueros”. Hasta el momento, hablamos del Ministerio Público. Esto no hace sino confirmar lo que este escriba -y, definitivamente, muchísima gente más- venimos denunciando. Es más, estamos convencidos de que la piedra de toque del encanallamiento de la mafia caviar se origina en su colosal desesperación.

¡Esta vez, está en juego el malhadado pacto secreto criminal con Odebrecht! Porque de acreditarse esta traición, a Pérez, Vela y a su camorra les esperan muchos años de cárcel, y el pago de multimillonarias indemnizaciones al Estado. Asistimos a una pugna entre la gente honesta que procura extirpar el cáncer terminal dentro la Fiscalía de la Nación, y esa camorra criminal que continúa manipulando desde que Alejandro Toledo se estableció en palacio de gobierno. Desde entonces, nuestro Ministerio Público se ha transformado en una maquinaria viciosa al servicio de la mafia política que usa la Fiscalía con fines perversos para gobernar el Estado sin haber ganado una elección, sino administrándolo desde la Fiscalía como cualquier país totalitario. El Congreso de la República debe licenciar a la Junta Nacional de Justicia e, inmediatamente, nombrar a sus accesitarios para limpiar definitivamente nuestro sistema jurídico: Poder Judicial y Ministerio Público.

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