Dona sangre, dona esperanza

Cada 14 de junio se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre, una fecha instaurada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para rendir homenaje a los millones de personas que donan sangre voluntaria y gratuitamente en todo el mundo. Su acto solidario, muchas veces anónimo, salva vidas, fortalece sistemas de salud y simboliza el poder de la empatía en su forma más pura.
Este año, con el lema “Dona sangre, dona esperanza: juntos, salvamos vidas”, la campaña hace énfasis en el profundo impacto que una simple donación puede tener en la vida de alguien que la necesita.
Las transfusiones sanguíneas son esenciales en múltiples contextos. Salvan a mujeres que sufren hemorragias durante el parto, a niños con anemia grave y a pacientes con enfermedades como hemofilia o inmunodeficiencias. También son clave en situaciones de emergencia como desastres naturales, accidentes o conflictos armados, y en procedimientos quirúrgicos avanzados que no podrían realizarse sin un suministro adecuado y seguro de sangre.
A pesar de que la necesidad de sangre es universal, el acceso a transfusiones seguras sigue siendo desigual entre países, lo que refleja la urgencia de fortalecer los sistemas nacionales de donación y distribución de sangre.
Según datos del Ministerio de Salud, en el Perú menos del 20 % de las donaciones son voluntarias, y la mayoría aún proviene de reposiciones solicitadas a familiares o amigos. Esta realidad limita la capacidad de respuesta del sistema sanitario y pone en riesgo la continuidad del suministro, especialmente en situaciones de alta demanda.
Por ello, es urgente fomentar una cultura de donación regular, voluntaria y no remunerada, con campañas sostenidas, mayor accesibilidad a puntos de donación y condiciones óptimas de atención para los donantes. Promover la fidelización del donante habitual es tan importante como motivar a nuevos donantes, especialmente entre los jóvenes.
La campaña global de 2025 tiene varios objetivos: sensibilizar sobre la necesidad permanente de donar sangre y plasma, promover valores como la solidaridad y la comunidad, y movilizar a gobiernos y aliados para invertir en sistemas de sangre eficientes, seguros y sostenibles. Además, busca destacar el valor humano detrás de cada bolsa donada, difundiendo testimonios de pacientes que sobrevivieron gracias a una transfusión, así como historias de donantes comprometidos con esta causa.
Este 14 de junio, más que una conmemoración, es un llamado a la acción. Donar sangre no cuesta nada, pero vale todo. Es un acto de generosidad, esperanza y responsabilidad social. Cada persona sana que se convierte en donante habitual contribuye a salvar vidas y a construir un país más solidario.
En un mundo que necesita más empatía, donar sangre es una de las formas más humanas y directas de hacer la diferencia.

@sandrostapleton

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