¿Dónde está el gobierno?
Tres meses es tiempo más que suficiente para permitir que un comunista, aprendiz de gobernante, lleve las riendas del país.
El Perú ya venía boqueando, víctima de la letal gestión de Vizcarra quien con María Antonieta Alva, catastrófica ministra de Economía impuesta en el cargo por ser hija de un amigo del defenestrado ex jefe de Estado, quebraron la economía nacional gracias a sus incompetencias y mala leche.
También asesoró a Vizcarra el ministro de Salud Víctor Zamora, un Mengele criollo que impidió la compra de pruebas moleculares, plantas de oxigenación, camas UCI, respiradores mecánicos, etc., dando paso a la muerte de 200,000 peruanos fallecidos por Covid a falta de prevención sanitaria y equipamiento básico hospitalario.
Sucede a Vizcarra el melifluo Sagasti, rodeado de complejos de superioridad y gran cinismo para implantar la conducta caviar como norma de vida, ignorando los crímenes de lesa humanidad perpetrados por su predecesor. Sagasti persevera en acentuar el desabastecimiento de la Sanidad nacional –se limitó a reparar el escándalo de la no compra de vacunas por Vizcarra-; además de colocar en el MEF a Waldo Mendoza, teórico como él, quien consolidó la crisis económica peruana.
En tales circunstancias, reiteramos, Castillo asumió el poder. Y en lugar de revertir la pavorosa situación socioeconómica nacional, decide convertirnos en otra republiqueta cubana. Para ello institucionaliza el dogma marxista de agudizar las contradicciones –en este caso el desastre social y financiero del país- para acelerar la crisis general, utilizándola como instrumento satánico para comunizar el Perú.
Castillo infesta los ministerios de marxistas, prosenderistas neófitos en gobernar pero profesionales en ideologizar administraciones públicas y agudizar conflictos sociales.
Sospechosamente, la Fiscal de la Nación ahora no existe para demandar que, tanto el ministro del Interior como las autoridades policiales, ordenen la captura de la gavilla que lidera Vladimir Cerrón, dueño del partido oficialista Perú Libre, al cual el Ministerio Público ha imputado como organización criminal por lavado de activos, y solicitado la detención de una veintena de sus integrantes.
Entre tanto, palacio de gobierno distrae al pueblo con fuegos artificiales lanzados por los primeros ministros. Uno renunciado, otro sin confianza del Parlamento; ambos rodeados de prontuariados por vinculación al terrorismo, además de ineptos para gobernar aunque especializados en instigar a la violencia social.
Tres meses en los que se han agudizado a niveles de náusea la crisis económica, el desempleo, la devaluación dineraria, la carestía de la vida, la escasez, la exasperación y consecuentemente la indignación ciudadana.
Pero el presidente Castillo permanece sin asistir a los consejos de ministros, sin despachar con cada sector semanalmente para saber el estado de la nación, sin interesarse en nada más que incrustarnos una asamblea constituyente que transforme las estructuras del Estado para favorecer los dictados del partido comunista y los de la gente que le acompaña.
Y por supuesto para festejar en palacio de gobierno el cumpleaños de su menor hija. con un vergonzante nivel de dispendio que probablemente acabe pagándolo usted, amable lector.
Vale decir, cien días que el Perú navega al garete. ¡Vacancia ya!
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