¿Dónde está la “chanchita”?

Luego de las sucesivas visitas de la hoy convertida en “empresaria” Karelim López -tres a Palacio de Gobierno, una a su casita de las sorpresas-, Pedro Castillo declaró que está haciendo una “chanchita” para ayudar a los niños huérfanos del Perú.

Si bien hay serias y fundadas sospechas sobre la razón real y efectiva de las concurrencias presidenciales de la “empresaria” Karelim y el que Castillo hable de esa “chanchita” precisamente cuando ella acude a su domicilio privado con una bolsa cargada de “algo”, la misma que luego retira evidentemente vacía, no podemos tampoco olvidar que el Congreso acaba de aprobar el Presupuesto de la República para el 2022 por un monto cercano a los 200 mil millones de soles, lo cual no constituye una “chanchita” ni mucho menos y del cual asumimos que Castillo pretende sacar el dinero para contribuir al bienestar de los niños que se encuentran en la orfandad.

Porque, así como Castillo no ha dado hasta ahora explicación alguna sobre el motivo de esas visitas -a las que se suman las tres que Karelim le hizo al hombre de los dólares en el inodoro, Bruno Pacheco, entonces secretario general de la Presidencia- tampoco ha explicado de donde saldrá la “chanchita” ni cómo piensa distribuirla, lo cual implica una considerable operación logística dada la gran cantidad de niños que se encuentran en esa terrible condición en nuestra convulsionada patria.

Más allá de lo evidente - que ya ha sido objeto de una denuncia por parte la Procuraduría y está siendo investigado por la Fiscalía- lo cierto es que resulta sumamente preocupante cómo va el gobierno de Castillo a ejecutar el Presupuesto del 2022, considerando que anteriores regímenes cleptocráticos pero con mejores técnicos han devuelto al erario público un promedio de 20 mil millones anuales por falta de capacidad de gasto e inversión generándose pérdidas por no menos de 25 mil millones de soles por corrupción, lo cual continúa hasta nuestros días.

Por eso, es plenamente pertinente preguntarle al profesor y Presidente, don Pedro Castillo, confiando en sus buenas y loables intenciones, ¿dónde está la “chanchita”?

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