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Dos delincuentes conversan

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Fecha Publicación: 05/06/2022 - 22:59
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El diálogo grabado por Zamir Villaverde con el ministro de Transportes Juan Silva, y difundido por Phillip Butters en Willax, es la descarada conversación de dos delincuentes dedicados a saquear el Estado. Es decir, a robar el dinero de todos los peruanos.

Porque las coimas que pagan las empresas para obtener fraudulentamente obras gubernamentales no sale de sus bolsillos. Son sobreprecios que ellos añaden al costo para conseguir que les adjudiquen tramposamente una licitación. Con el agravante que quienes obtienen de esa manera la obra –un puente, una carretera-, generalmente no son las mejores.

Y la ejecutarán mal, con materiales deficientes. O simplemente cobrarán y la dejarán inconclusa como, por ejemplo, ha ocurrido en Junín durante el corrupto gobierno de Vladimir Cerrón y sus secuaces, los precursores y maestros de la actual gavilla encaramada en el gobierno.

Es un círculo vicioso que va empeorando todos los días. Empresuchas corruptas y deficientes van copando el mercado porque es difícil o imposible competir con ellas.

A estas alturas, no existe ninguna duda que Pedro Castillo es quien encabeza la gavilla de delincuentes encaramados en el gobierno para saquearlo, como declaró Karelim López y como ha señalado la fiscalía.
Es Castillo con la banda de chotanos que lo secunda, asociado a otras mafias regionales como la de Junín y la de Áncash, junto con traficantes de tierras afincados en Lima y otros detritus sociales, los que se reparten los cargos y desvalijan el Estado impunemente.

Las cualidades de Silva eran obvias desde el primer día, cuando Castillo lo designó para ocuparse del ministerio que más dinero maneja para inversiones en el Estado. A vista y paciencia de todo el mundo, puso al que obviamente tenía las características de un delincuente de poca monta, a disponer del presupuesto más grande, miles de millones de soles al año.

Aunque indigne la desfachatez del diálogo revelado, a nadie que observara con imparcialidad y sensatez la composición del gobierno desde el primer día, y en particular a ese individuo, le sorprende lo que se ha descubierto ahora. Era evidente que con gente de esa calaña iba a suceder lo que está ocurriendo.

Pero no todos reaccionaron igual. La mafia caviar, que había respaldado y ayudado a Castillo negando y convalidando el fraude, siguió apoyándolo porque había ocupado algunos ministerios y confiaba en seguir avanzando. Su apogeo llegó cuando la antiminera Mirtha Vásquez ocupó el premierato y creyeron tener el resto del gobierno al alcance de la mano.

Ahora, como suele ocurrir en las bandas de delincuentes, el caos y el desorden imperan en el gobierno, tanto por las disputas de los diferentes clanes por apoderarse del botín, como porque algunos de los que han sido descubiertos empiezan a delatarlos para salvarse.

Entre tanto, las instituciones que tienen como misión defender al Perú de las amenazas internas y externas, duermen. O se acomodan.

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