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Dos golpistas: Vizcarra y la progresía

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Fecha Publicación: 06/07/2019 - 22:20
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El corrupto socialismo sudaca –ataviado como espadachín de la lucha anticorrupción y representado por una mafia de ONG, medios periodísticos vendidos al oficialismo y los integrantes de este fallido régimen Vizcarra– ha pisado el acelerador para consumar el siniestro plan de consolidar su poder vía un golpe de Estado, patrocinado por el propio presidente Martín Vizcarra. Subordinados al encanallado socialismo de Maduro y Evo, en pleno tercer milenio -y apenas a doce meses de conmemorar el Bicentenario de la Independencia- los peruanos asistimos a lo que, desafortunadamente, podrían ser los últimos día de democracia en el Perú.

Este atentado contra la pluralidad peruana es instigado por una miserable ralea maniquea –conocida como la progresía marxista o, comúnmente, los caviares–, empoderada desde finales de la década de los noventa por la campaña internacional que ensambló para derrocar al expresidente Fujimori.

Desde entonces ha venido adueñándose de nuestro país, parapetada detrás de presidentes descastados que, a cambio de que no los desestabilice esta mafia progre-marxista –acostumbrada a usar el chantaje como sistema para coaccionar a mandatarios peleles y/o corrompidos– los obliga a endosarle su poder a una pandilla de asaltantes jamás electos por el pueblo para gobernar. Nos referimos a Toledo, Humala, PPK y Vizcarra.

Por cierto, el presidente Alan García jamás se dejó doblegar por esta camorra. Tanto es así que pagó con su vida la venganza de los caviares ante su osadía. Hablamos pues de una organización criminal de asaltantes del poder que, en su desbocada carrera por copar los sectores de influencia sociopolítica, ha logrado chantajear a los grandes consorcios mediáticos del Perú, intimidándolos con denunciar su lado oscuro si no se alinean con sus objetivos.

Ahora el progresismo marxista manda más que nunca en el Perú. No obstante aspira a más. Pretende dinamitar la oposición, controlar las Fuerzas Armadas y policiales, y hacerse definitivamente de los poderes Ejecutivo –que ya maneja–, Legislativo y Judicial.

En conclusión, el característico modelo totalitario. Y semejante atentado golpista viene imponiéndonoslo en contubernio con una envilecida Fiscalía de la Nación que, trabajando en pareja con la policía política –Divac– actúa como servicio de Inteligencia para extorsionar a quienes piensan distinto al oficialismo. Aunque también, para obligar a la Justicia a cumplir las metas progre. La característica metodología golpista del chavista, tal cual se consolidó en la pobre Venezuela.

Si Fuerza Popular, Acción Popular y el Apra insisten en taparse los ojos y permitir que el golpismo siga consolidándose, este mismo mes podríamos presenciar la liquidación del Estado de derecho y el sistema democrático en nuestro país.

Llegó la hora de frenar este asalto al poder disfrazado de batalla anticorrupción. Sí, amigo lector. Detrás del progre-marxismo están los corruptos decididos a sustituir a las autoridades democráticamente elegidas, y destripar a quienes demandamos al Poder Judicial que procese, condene y encarcele a Toledo, Humala, PPK y a los directivos de las corrompidas consorciadas locales con Odebretch, etc. Pero asimismo, para que la Fiscalía investigue a Vizcarra por Chinchero, Gobierno Regional moqueguano, los US$ 200,000 entregados por CASA, etc.