Dramáticas consecuencias del golpismo vizcarrino
La portada de ayer de este periódico retrata en todo su esplendor el estado de abandono en que se encuentra este país. La monumental crisis en que ahora se encuentra la Salud Pública peruana culpa de un gobierno abocado a cualquier otra cosa menos hacer lo que corresponde: administrar esta nación para bienestar de los 30 millones de peruanos. No en provecho de una mafia político-ideológico-mediática enquistada en el Estado para tan solo saciar su infinito apetito de poder. Más de 1,800 bebés muertos entre agosto de este año por falta de equipos y de recursos humanos en los hospitales del Estado, administrados por una burocracia insensible dirigida, a su vez, por unos ministros que deberían ir presos por su absoluta incompetencia.
Es más, la ministra de Salud actual, al igual que sus demás pares en el Consejo de Ministros, está más dedicada al patético activismo político -por orden de su jefe Del Solar, chicheñó de Vizcarra- que a administrar el sector a su cargo. La noticia publicada por EXPRESO se refiere a la muerte de 1,817 recién nacidos por incapacidad de ejecución presupuestal entre enero y agosto de 2019. ¿La consecuencia? Falta de equipos, de recursos humanos y control prenatal. Las Unidades de Cuidados Intensivos de los hospitales regionales han colapsado. ¡No hay logística para salvar la vida de los bebés! Aunque aparte de los recién nacidos muertos, han fallecido 107 parturientas en este mismo período y por estas mismas razones.
Entrevistada por EXPRESO, la ministra de Salud sostuvo que hay “déficit” en su sector, a pesar de que maneja un presupuesto siete veces mayor al de 2008, cuando la salubridad pública mostraba mucho mejor nivel. “No solo es la incubadora, también se necesita bomba de oxígeno, personal, es todo un programa. Tenemos déficit, pero también tenemos déficit de infraestructura. Nos falta brecha de recursos humanos, nos falta equipamiento”, reconoció la ministra.
El problema ya no es presupuestal. ¡Es falta de ejecución presupuestal! Es la clamorosa ausencia de gobierno que impera por culpa de un irresponsable apellidado Vizcarra, quien ha convertido a su régimen en una maquinaria proselitista para empernarse al sillón presidencial y desatar una ola golpista, cuyo primer capítulo es el cierre del Congreso. Y los siguientes, lo que vemos en Venezuela. El 2008 el presupuesto del sector Salud fue S/ 2,755 millones. En 2019 fue S/ 18,217 millones. ¡Siete veces más! ¿Qué ocurre entonces, amigo lector? Que todas las reparticiones del régimen Vizcarra privilegian el gasto de centenares de millones en beneficio de sus amigotes periodistas, empresarios mediáticos, tertulianos, activistas políticos, etc., cebándolos con multimillonarios presupuestos (este año) de publicidad estatal (S/ 1,100 millones) y consultorías (S/ 1,800 millones). Para esto gastos politizados -que aceitan la maquinaria golpista vizcarrina- la ejecución presupuestal anda a mil. Mientras para contratar a médicos, enfermeras, asistentes, etc.; o adquirir incubadoras, equipos de radiología, hemodiálisis, etc., incluso abastecer de medicinas a los nosocomios y las postas de salud, ahí si el gasto opera con cuentagotas.
Este es el gobierno de Vizcarra, amigo lector. ¡Un monumental desastre!