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Durmiendo con el enemigo

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Fecha Publicación: 07/02/2023 - 00:00
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A Oswaldo de Rivero, ex embajador peruano en Washington, antes en la ONU -originalmente servidor de la dictadura de Velasco Alvarado- lo designó embajador en la ONU el delincuente Castillo. Recientemente hizo declaraciones a un medio local (periodísticamente antiperuanas) características de su esencia retorcida, que empatiza con causas extremistas como las de los Castro en Cuba, Chávez/Maduro en Venezuela, Ortega en Nicaragua y de su ex patrón Pedro Castillo, simpatizante de sendero luminoso, incitador a la extrema violencia, golpista, corrupto, etc. Aquí algunos de sus comentarios.

“(El Gobierno) no puede construir nada después de que la gente haya protestado masivamente por todo el Perú (¿?). No pueden tapar esta realidad y decir que hay una serie de terroristas (…) no entienden que los grandes diarios americanos y europeos han enviado gente al Perú (…). EE.UU. sabe lo que quiere y está convencido de que en el Perú ha habido un exceso del uso de la fuerza (…) que ha causado casi 30 muertos, ¿o cuántos hay hasta ahora?, más de media centena. En doctrina de derechos humanos, eso se llama masacre. (…) Un país antidemocrático, como el Perú, dispara contra sus ciudadanos, por eso muchos embajadores no pensamos que estábamos defendiendo algo democrático (…). El Perú, en definición de las Ciencias Políticas, no está viviendo en una democracia representativa, sino en un régimen autoritario. (…) Lo más difícil que tiene hoy este régimen, desde el punto de vista internacional, son los muertos. Un régimen que mata muertos (sic) es una democracia fallida. (…) he dicho muchas veces, que los muertos por violaciones de derechos humanos nunca mueren porque sus familias los defenderán. Pasó con Fujimori, y se aliaron con las ONG, las potencias europeas y los Estados Unidos, que promueven mundialmente los derechos humanos. Se formará una alianza (…) Este Gobierno tiene dos problemas: no puede lograr que haya adelanto de las elecciones y los muertos. Que se adelanten las elecciones no afecta a las grandes potencias que defienden los derechos humanos. ¿Por qué mataron a las personas? ¡No está probado que haya agentes extranjeros (ni) que haya grupos terroristas verdaderamente exquisitos que estén planeando estratégicamente cómo parar el Perú! ¡No, no!”

En realidad, Rivero está en lo suyo. Siempre supo que podría hacer lo que le venga en gana, ya que Boluarte no se atrevería a licenciar. ¡Como no ha hecho con esos miles de oswaldos de riveros metidos en el aparato estatal por el régimen castro/chavista de Pedro Castillo! ¡Este gobierno duerme con el enemigo en casa, y no hace nada por evitarlo! El régimen implosionaría pronto, y Boluarte -basta leer la incendiaria filípica que le envía de Rivero- acabará encarcelada por el ejército de oenegés que maneja la izquierda caviar. ¡Allá ella por temerosa! Pero los peruanos no podemos, ni debemos ni queremos permitir que el Perú siga destruyéndose, siendo los dueños del Estado. Ustedes, amables lectores, parafraseen siempre a Niemoller (poema aducido a Brecht) y recuérdenlo: “Vinieron por los socialdemócratas y permanecí en silencio, porque no soy socialdemócrata… cuando vinieron por mí, nadie protestó.”