Economía en piloto automático en crisis política
Se han generado tanta crisis política en el mandato gubernamental de Pedro Castillo, que para no caer en imprecisiones numéricas prefiero decir que es la enésima.
Coyuntura muy grave la actual por haber testimonio de la aspirante a colaboradora eficaz Karelim López, que involucra a personas del entorno presidencial, como los sobrinos y el ministro de Transportes y Comunicaciones, Juan Silva, y que por extrapolación señala al mandatario.
En el Congreso, la oposición no se perderá la ocasión de presentar una moción de vacancia más, que al haberse precisado por el abogado de la aspirante a colaboradora, que no ha habido mención directa sobre el Presidente, es muy probable que la pretensión de verlo fuera de palacio, se frustrará una vez más. Sin embargo, la turbulencia estará presente dentro del plazo establecido para el proceso de vacancia y se traslapará con la sesión del voto de investidura del gabinete presidido por Aníbal Torres.
Para los agentes económicos locales que ya están acostumbrados a estos vaivenes de la política, su día a día seguirá sin alteraciones, y se sienten seguros con la gestión de funcionarios calificados y mayoritariamente ortodoxos, en el eje conformado por el Banco Central de Reserva, Ministerio de Economía y Finanzas, Consejo Fiscal y
Superintendencia de Banca y Seguros. Es más, tienen un elemento adicional para su tranquilidad, al aprobarse la adenda 13 del proyecto Majes Siguas, que implicará incrementar el área agrícola en 40 mil hectáreas y la generación hidroeléctrica en 426 megavatios.
Si bien es cierto desde el gobierno se dan señales contrarias en la inversión en industrias extractivas; el sector empresarial que entró en pánico con el discurso de una nueva constitución y nacionalización de recursos naturales, ahora está mucho más sereno y todo indica que estamos retornando al extraño fenómeno patentado en nuestro país, de las cuerdas separadas para la política y la economía.
La clase política opositora, que se ha enfrascado obsesivamente en la vacancia, si no dosifica y planifica sus ímpetus, corre el riesgo que sean vistos como el foco de riesgo para la gobernabilidad. Por su parte el Gobierno tiene que entender que debe nombrar personas con calificaciones en los cargos públicos.
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