ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Ejemplo a seguir

Imagen
Fecha Publicación: 30/08/2019 - 21:50
Escucha esta nota

Organizar y llevar adelante los juegos Panamericanos Lima 2019 fue motivo del reconocimiento general dentro y fuera del país. Nadie dudó en destacar la voluntad que habían demostrado sus organizadores en impulsar con éxito este enorme desafío que consistió en atraer a numerosas delegaciones del continente para participar en unas justas deportivas en diferentes disciplinas. Todo estuvo planificado con la exactitud de un reloj, incluyendo la enorme infraestructura deportiva que sirvió de escenario en diferentes puntos de la capital.

Todo fue posible debido a una limpia y eficiente gestión empresarial de quienes tuvieron el encargo de ejecutar el proyecto, liderados por el presidente del Comité Organizador Carlos Neuhaus.

Ellos han demostrado que, con esfuerzo y unidad de criterios, se pueden conseguir los éxitos deseados y alcanzar las metas que se trazan con realismo y seriedad profesional.
Este evento deportivo, cuya etapa de Juegos Parapanamericanos aún se está llevando a cabo con participación de valerosos deportistas con algún grado de discapacidad, así lo ha demostrado. Igualmente, el éxito fue posible gracias al sentimiento común que animó a los peruanos a ponerse la camiseta para el aliento y el desafío.

¿Por qué no seguir este ejemplo para ejecutar con prontitud y plena transparencia importantes proyectos pendientes que el país espera paciente, pero con incertidumbre? La reconstrucción del norte es una tarea que no se está acometiendo como debe ser. Las autoridades responsables de su ejecución no están a la altura de las expectativas. Todos recordamos que los embates del fenómeno El Niño costero, en el verano pasado, dejó como saldo miles de familias y poblados en el desamparo, por la pérdida de sus casas y obras de infraestructura.

Las regiones de Tumbes, Piura, Lambayeque y La Libertad fueron las que llevaron la peor parte con puentes destruidos, vías de comunicación dañadas, viviendas destruidas, servicios de sanidad colapsados, en fin. Los anuncios oficiales de principios de año para su reconstrucción sólo quedaron en las buenas intenciones con bajos porcentajes de avance de obras. Existe la sensación generalizada en la población que los funcionarios responsables o son incompetentes para impulsar esta reconstrucción, o que existe tal grado de insensibilidad y acaso de corrupción que están impidiendo abordar el problema a satisfacción.

Es lamentable que los damnificados aún sigan viviendo, gran parte de ellos, en carpas y precariamente, mientras que las obras avanzan a paso de tortuga. Y esto lo han denunciado no solo los pobladores, sino diversas personalidades como el decano del Colegio de Ingenieros de Piura, quien refirió que lo que se ha hecho “en forma tímida es un trabajo de prevención y alguna rehabilitación de pistas”, pero que resultó “insuficiente”. Falta conducción. Hay ausencia de liderazgo en la toma de decisiones, lo cual se manifiesta en la lenta ejecución de obras, porque presupuesto hay.

El contralor general de la República, Nelson Shack, advirtió en una declaración a la prensa que los avances que se exhiben son “bastante reducidos”. “Estamos hablando de un programa de más de S/ 25,000 millones que debería concluir en el 2021, pero evidentemente eso será casi imposible”, explicó. No solo es el norte. En la región sur del país existen, igualmente, serios problemas que ponen al país en vilo. Es hora de unir voluntades y pensar todos en el Perú. Para ello es indispensable promover formas distintas de gestión, como quedó demostrado con los Juegos Panamericanos. Aquí jugamos todos.

Juez supremo.