El alcohólico
Es una persona que consume alcohol en forma ocasional, habitual y permanente, siente la necesidad de consumir porque en su interior siente que le falta algo y ese algo son los vacíos existenciales que presenta y que considera que con la ingesta de alcohol los problemas se van a solucionar; craso error, si bien es cierto el alcohol a nivel del sistema nervioso central produce, relajamiento, la ansiedad disminuye, la depresión se estabiliza aparentemente, después los problemas se agudizan. Simplemente la bebida calma los nervios pero no solucionan los problemas, es como tomarse una tableta para la ansiedad, al momento calma, empero, pasado su efecto los problemas reaparecen. El pensamiento obsesivo, recurrente, empieza apoderarse de la mente y si no existe voluntad incurre en el consumo, dejando de lado las responsabilidades, la esposa, el esposo, los hijos, el trabajo, las deudas con consecuencias fatales.
He pretendido individualizar el diagnóstico de dipsomanía, porque, el que lo padece es la persona que lo esta sufriendo. En alguna oportunidad conversando con un médico neurólogo, explico que desde una perspectiva biogenética el organismo requiere, se lo pide, el consumo de alcohol y es muy importante trabajar la voluntad con psiquiatras, psicólogos, grupos de apoyo como la asociación de alcohólicos anónimos por presentar problemas similares y con el testimonio de ellos se refuerza la autoayuda de la persona que lo padece y su propio testimonio.
No existe, raza, apellido, clase social, títulos, fortuna, para padecer esta enfermedad, tenemos claros ejemplos, actores, escritores, escultores, pintores, maestros, médicos, abogados, miembros de la policía, fuerzas armadas, sacerdotes, monjas, familias comprometidas, mendigos, que son seres humanos como cualquiera y necesitan vivir en paz consigo mismo y con los demás.
Entre los signos y síntomas de esta enfermedad comunes, son seres humanos que se sienten vacíos por dentro, nunca se han sentido queridos, a pesar de que no les faltaba económicamente nada, pero carentes de amor, por lo general son dejados de lado, la gente se les acerca por algún interés, llevan acuestas problemas emocionales muy marcados que hace que se refugien en el alcohol como una vía de escape, se resisten al tratamiento, están en abstinencia un tiempo, pero como no tienen soporte emocional recaen, hay personas con la gracia de Dios, han salido del consumo, han aceptado su enfermedad, se han decidido curarse, ser personas de bien, incluso se han acercado a Dios y sus vacíos emocionales han desaparecido por el amor y la fe al gran arquitecto del universo.
Conozco el caso de una persona, que trabajaba para consumir alcohol, un día le pregunte, ¿por qué tenia esa actitud? Me contesto que toda su vida se había sentido solo, vacío, sin nadie que lo quiera, lo respete y lo admire, le propuse que concurriera a la asociación de alcohólicos anónimos o al centro victoria, hoy clamor en el barrio, fue a los lugares recomendados, se identifico como alcohólico, pero nunca más consumió, sintió el amor de Dios y de su pareja en la vida terrena que lleno su tanque emocional, llegando a la conclusión por él mismo, que nunca fue alcohólico, sino una confusión de actitudes, que por el amor de Dios y de su pareja que ha llenado su tanque emocional es feliz y ayuda a otras personas que han pasado o pasan por lo mismo.
Uno de los grandes problemas que tienen las personas que sufren de esta enfermedad, es que les falta que se quieran, asimismo, que se sientan queridos por el grupo que interactúa, escoger buenas amistades que puedan imitar para bien, y nunca apartarse de Dios.
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