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El año 1

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Fecha Publicación: 20/12/2022 - 23:40
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La caviarada vuelve a aparecer. Palabras como “conflicto armado” y “terrorismo de Estado” salen a flote, una vez más. El romanticismo de la insurgencia social está de moda y no hay nada más políticamente correcto que atacar a las PNP y a las FF.AA.

El zurdo, sobre todo ese zurdo progre, es un perenne adolescente. A partir de los 13 años, aproximadamente, las personas pasamos por una etapa de rebelión. Un desacato a la autoridad, representada en nuestros padres. Es por eso que la influencia anti sistema se congracia tan fácilmente con los jóvenes. Pero llega un punto, en el alba o en el ocaso de los veintes, donde el individuo se reconcilia con la misma autoridad y el sistema, porque reconoce su valor.

El valor de este sistema es un trabajo colectivo que proviene de siglos o milenios atrás. Por un periodo de tiempo, las personas pecan de soberbios y rechazan el valor del tiempo pasado. Son ellos los dueños del mundo y de la verdad. Es imperativo contrariarse con los valores y reglas que les han sido “impuestos”. La ignorancia puede ser muy atrevida cuando el ego es muy grande.

Lo mismo sucede con los progresistas. Solo que en este caso se ve ridícula la pataleta y el berrinche que hacen cuando sus representantes ya superan la base 4, 5 o 6. Parece que nunca llegó a reconciliarse con la autoridad y con el sistema, pero lo más lamentable es que nunca halló la humildad para reconocer el mérito del pasado. Siguen convencido de que vivimos en el año 1 después de sí mismos. Quieren patear y romper el tablero porque son ellos los “iluminados” capaces de ver la verdad, pero una verdad no basada en razón sino en emociones, propias de la posmodernidad.
Mi tocayo Francis Bacon estaría llorando al ver que 4 siglos después de su muerte la razón ha perdido cabida por encima de los sentimientos. El empirismo y la lógica han quedado desfasados. La historia reciente ha sido olvidada y ha sido superada por discursos facilistas que crean demonios en las fuerzas que nos protegen y héroes en los grupos radicales que nos atacan.

Lo que buscaban los grupos terroristas hace 30 años es exactamente lo mismo que lo que buscan los violentos insurgentes hoy: tomar el poder a través del miedo y violencia para cambiar el sistema político, económico y social. Pero llamarlos terroristas hoy está mal. Porque un aquelarre de progres ha insistido en que el verdadero cuco es aquel que destruyó la “cuarta espada”.

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