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“El arte de la difamación…”

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Fecha Publicación: 06/09/2019 - 21:50
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El titular de esta columna es uno prestado de la pluma del periodista Álvarez Rodrich, que viene a cuento a raíz de sendos artículos publicados en un medio local este último fin de semana y referidos a lo que denominan “Los magistrados sobrevivientes del caso Los cuellos blancos”.

Es indudable, que los medios de comunicación resultan ser importantes para que la noticia sea conocida de manera objetiva y cierta, pero en muchos casos resulta ser todo lo contrario cuando son utilizados para levantar noticias contra el honor de las personas que nada tienen que ver con aquello que se escribe. Así tememos, que la noticia de marras, en su entrelinea, reclama que todo juez o fiscal referido en la aludida investigación debe ser separado ya sea del Ministerio Publico o del Poder Judicial, sino que se quiere decir con ”Trece magistrados… permanecen en el sistema de justicia.

Cinco de ellos tienen el rango de supremos.”, o “En la vereda del Poder Judicial hay magistrados …que tampoco han sido separados”. Olvidan que una aseveración de tal naturaleza trae confusión en la opinión pública, habida cuenta que ponen en tela de juicio la función jurisdiccional resquebrajando la confianza que todo ciudadano debe tener de sus jueces, tanto más que las imputaciones están referidas a audios inocuos y a supuestas “reuniones” privadas nunca realizadas y menos probadas. El propio diario en su momento erro con un editorial (23-8-2018), exigiendo la renuncia del Poder Judicial al Juez Supremo San Martin Castro a raíz de un audio con el expresidente de la Corte Superior del Callao, Walter Ríos, y ocurrió que un año después la Fiscal de la Nación en una justa resolución dispuso el archivo de la denuncia que se le interpusiera por tal hecho, ¿acaso han presentado sus excusas? Silencio absoluto. Y eso que se trata de un diario que se jacta en su portada de ser veraz.

El daño ésta hecho, mediáticamente hablando. Esta mala costumbre tiene una finalidad, buscar cortinas de humo para ocultar lo que realmente debe ser importante de comunicar, como por ejemplo: cuál será el futuro de quienes reconociendo la comisión de delitos se acogen a un proceso de colaboración eficaz, o quiénes son los responsables del fallecimiento de bebes recién nacidos por la escasez de incubadoras a pesar de tener el dinero para las compras, o exigir políticas útiles para evitar que la delincuencia campee diariamente en nuestra ciudad, y así sucesivamente.

Estarían cumpliendo a cabalidad con las más noble de las profesiones, mejor informando a la opinión pública y no convertirse en catones inescrupulosos que se jactan cuando enlodan a quienes tienen la mala suerte de caer en sus afanes mediáticos injustos. Las autoridades pertinentes deben estar realizando su trabajo de investigación respetando el debido proceso; dejemos que ellos arriben a conclusiones veraces y justas, sancionando a quien halla que sancionar. Plantear toma de decisiones prematuras aprovechando malamente su libertad de expresión, no es sino convertir al periodismo en el “más vil de los oficios”.

JUEZ SUPREMO