El Bautismo del Señor

Queridos hermanos, hoy es la Festividad del Bautismo del Señor, la cual me recuerda que un día como hoy recibí la noticia de venir al Perú en misión, hace 44 años.

En la primera lectura nos dice el Señor: “Mira a mi siervo, a quien sostengo, mi elegido a quien yo prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu. El siervo de Yahvé no gritará, no clamará, no voceará por las calles, no promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará. Te he formado un techo, que es alianza de un pueblo y luz de las naciones para sacar a los cautivos de la prisión y de la mazmorra los que habitan las tinieblas”. El espíritu de Dios asumirá el pecado porque tiene la vida eterna el ciervo de Yahvé. Esta es la misión que hace Jesús, esta es la misión de la iglesia, esta es la misión de un cristiano: Sacar de la mazmorra a los que viven en tinieblas. ¿Quieres acompañarme? ¿Quieres venir conmigo? Dirígete a la parroquia y ven a salvar personas, esa es nuestra misión fundamental.

En el Salmo Responsorial respondemos: “El Señor bendice a su pueblo con la paz. Hijos de Dios, aclamad al Señor, porque ha venido el Mesías. La voz del Señor sobre las aguas. El Señor sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es potente. En su templo un grito unánime, Gloria. El Señor se sienta por encima del aguacero, el Señor se sienta como un rey eterno”. La voz del Señor es magnífica, porque lo que dice lo hace.

En la segunda lectura de Los Hechos de los Apóstoles dice lo siguiente: “Está claro que Dios no hace distinciones y su misión fue la de hacer el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”. Jesús viene a curarnos de las heridas de la destrucción que nos está haciendo el demonio, que significa división, el que divide a las familias y personas.

Cantamos en el Aleluya: “Salió el cielo abierto y llegó la voz del padre. Este es mi hijo, escuchadle. Jesús se situó delante de Juan en el Río Jordán en su bautizo y le dijo: Soy yo el que necesito que tú me bautices y ¿tú acudes a mí? Apenas se bautizó Jesús se abrió el cielo. Y vio que el Espíritu de Dios baja en la forma de paloma y se posaba sobre él. Este es mi hijo, mi predilecto”.

Hermanos, Jesús se dejó bautizar por Juan, que demuestra su gran humildad y la misión a la que ha sido llamado. Jesús quiere mostrarte el camino a ti y a mí para que recibas a Dios. Él ha derramado su espíritu para que nosotros seamos felices.

Clamemos a Jesús, él tiene poder sobre nosotros. Él quiere hacer milagros, dejemos que los haga.

Que la bendición esté con todos ustedes.