El cinismo de “Gino”
Hay que ser un descarado para demandar la clausura del Congreso y después presentarse a una sesión de la Comisión Permanente legislativa, sentarse en la mesa, pasar lista y, por si fuera poco… ¡votar! Se necesita ser muy cínico para rogarle al presidente golpista que prohíba la reelección de los parlamentarios, y luego postular a la reelección en la votación chicha que ha convocado ese mismo mandatario. Se requiere ser demasiado caradura solicitando licencia al Congreso al efecto de cumplir con la ley electoral -para participar en la elección vizcarrista- e inmediatamente luego asistir a una sesión congresal, pasar lista y…¡votar!, sólo para justificar ante cámaras su sueldo como legislador.
Hay que ser también muy falso para escuchar las voces de rechazo e indignación de los colegas de la Comisión Permanente demandando su retiro y rechazando su voto, y responder “sólo estoy asistiendo como observador” -cargo que existirá probablemente en los congresos de Cuba o Venezuela, pero no acá- mientras continuaba agresiva, clandestinamente en la Comisión Permanente registrando asistencia y emitiendo el voto con su mismísima voz, alegando que aquello de su indebida presencia e ilegítimo voto “se soluciona con un acuerdo de la Comisión Permanente precisando los hechos”.
Por último, se necesita ser muy indecente para ignorar los indignados reclamos de sus pares demandando su inmediata explusión del recinto... y continuar tan campante, desafiantemente sentado en una misma mesa, sonriendo además con ese mohín rufianesco que caracteriza al atrevido congresista.
Esto y mucho más ocurrió el miércoles en el Parlamento Nacional, cuando un desvergonzado Gino Costa Santolalla marcara su asistencia ante la Comisión Permanente. Se trata de un camaleón politiquero integrante de la mafia progre-marxista que, gracias a la estupidez de Kuczynski y Vizcarra, se ha apropiado del poder. Costa Santolalla ha servido previamente a gobernantes imputados por corrupción. Como Toledo -de quien fuera ministro del Interior y miembro de una siniestra Comisión Ad Hoc que liberó a millares de terroristas- y Kuczynski -fue su guardaespaldas en el Congreso-. ¡Y ahora funge de mesa de noche de Vizcarra!
Sin embargo, por ser progre-marxista la denominada gran prensa -secuestrada también por la izquierda- ha pasado por agua tibia semejante desafío de Costa. Tanto al Parlamento de la República como al Jurado Nacional de Elecciones. Si un aprista o fujimorista hubiese hecho algo semejante, esa prensa pervertida no sólo le habría abierto una demoledora campaña sino logrado que un fiscal lo denuncie y un juez lo encarcele preventivamente por 36 meses. Pero siendo izquierdista, Costita tiene grandes contactos en ese periodismo envilecido, en la Fiscalía sometida a palacio, y el mismísimo poder Ejecutivo. No obstante, el Congreso debe denunciar estos hechos ante el Jurado Nacional de Elecciones para impedir que Costa participe en las elecciones de enero 2020 por haber violado el permiso concedido por el Parlamento para postular en esa votación. Y finalmente, imputar a Gino Costa por usurpación de funciones y falsedad genérica por asistir, pasar lista y votar -ante la Comisión Permanente- estando con licencia.