El Consejo de Estado para la defensa nacional
Es un error creer que el Consejo de Estado (CdE) solo debe ser convocado para abordar la indetenible criminalidad. La defensa nacional que hoy celebramos también. Sin entrar en detalles, quisiera referirme en esta columna a la importancia del CdE, su naturaleza constitutiva y a la imperiosa necesidad de que sea incorporado en sus reuniones al jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. El CdE es la instancia que reúne a las más altas autoridades del país: presidente de la República y los titulares del Congreso y del Poder Judicial. Con ellos, el Fiscal de la Nación, el presidente del Tribunal Constitucional, el presidente de la Junta Nacional de Justicia, entre otros. Sus reuniones tienen como objetivo discutir temas de urgencia para el país, o sea, relativos a la vida nacional o sobre el destino del Perú como sujeto del derecho internacional. De allí que su agenda tiene que ver con la soberanía del Estado, con su integridad territorial, y no con cuestiones relativas a campañas electorales y mucho menos con las pugnas políticas o ideológicas. Su agenda central es de una mayor connotación de la que hasta ahora se cree, debido al impacto de una diversidad de factores que intervienen en la pervivencia del Estado-nación (ej. una calamidad por un evento sísmico aberrante, u otros provocados por el hombre, como el uso de armas nucleares o no convencionales con efectos catastróficos), o aquellos que, más por nuestros lares, aquejan al país, aterrorizándolo, como pasa efectivamente con la delincuencia y con ellos la defensa nacional, cuyo marco se circunscribe a la esencia existencial en paz y tranquilidad del Estado como sujeto del derecho internacional. En el Perú el CdE actúa de facto, es decir, no está previsto en el ordenamiento nacional. Fue convocado en 2005 ante el denominado Andahuaylazo; en 2014 y 2016, para discutir medidas contra la corrupción; en 2015, ante los altos índices de criminalidad en la región Callao; y, en 2021, para evaluar medidas frente a la Covid-19. Mirando con apertura y sin prejuicios su objeto central, al CdE le falta convocar al representante de las Fuerzas Armadas, es decir, al referido jefe de su Comando Conjunto. Recordemos que el CdE nació con la república -el Libertador José de San Martín lo convocó en 1822: “Habrá un CdE compuesto por doce individuos a saber: ...el general en jefe del Ejército Unido…”. (En RODRÍGUEZ MACKAY, Miguel. “LA RUTA DEL BICENTENARIO DEL PERÚ”. Tomo II, pág. 121, Empresa Editora El Comercio S.A.)-, y no se reúne para abordar asuntos políticos, sino sobre la vida política del Estado, su seguridad y defensa, que es distinto. Como bien dijo Jorge Basadre, las Fuerzas Armadas, han sido protagonistas en la historia del Perú, primero conduciendo el destino de la Patria y velando por su integridad territorial, y luego, defendiendo incondicionalmente la vigencia de la Constitución, como pasó contra la ruptura del régimen democrático por el expresidente Pedro Castillo. Su incorporación, que no es incompatible con su carácter no deliberante, permitirá acercarlas a la sociedad civil. Solo así, el CdE será concebido como un espacio para abordar integralmente la agenda nacional.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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