El contexto de los drones rusos sobre Polonia
Todos quieren ponerle paños fríos al reciente ataque ruso sobre el territorio polaco. Donald Trump, luego de advertir por las redes que “allá vamos”, una vez producida la incursión aérea rusa sobre Polonia en actitud más que disuasiva, le ha dado la vuelta a su tono, diciendo que “pudo haber sido un error” como buscando justificar la incursión aérea rusa sobre el cielo polaco en lo que constituye una clarísima violación de la soberanía aérea de un Estado, constituyendo técnicamente un completo menoscabo a la integridad territorial de los Estados. Con lo anterior, Moscú, quizás para no desentonar, no ha hecho más que callar, una vez enterado que aviones de guerra de la Organización del Tratado del Atlántico Norte – OTAN, derribaron en un santiamén los drones rusos que, sin discusión, ingresaron en el referido espacio aéreo polaco. En ese marco, solo y sin eco, el primer ministro de Polonia, Donald Tusk, acaba de salir al frente para afirmar que “no fue un error ruso”, y la OTAN, que se volvió protagonista, no ha tenido más remedio que calificar el episodio como “absolutamente peligroso”, aunque sin esforzarse en crear un contexto de tensiones o de carácter pre-bélico en la región de Europa del Este. Digamos las cosas directamente. Aquel que quiere la guerra va de frente y sin rodeos, y de eso debemos ser absolutamente realistas para aceptarlo. Aunque las fichas del tablero mundial siguen moviéndose en ese sentido, los Estados concernidos directa o indirectamente en los conflictos que dominan actualmente en esa parte del globo, deben hacer hasta malabares para no crear las condiciones de una guerra. A nadie conviene que pudiera irse todo de las manos y se desate una conflagración bélica extendida. El primero que quiere evitarla a cualquier precio es Estados Unidos de América y por eso Donald Trump busca apagar cualquier polarización en ciernes. Los rusos tampoco quieren la guerra porque están muy desgatados con la que mantienen con Ucrania. Pero entre el dicho y el hecho hay mucho trecho y será muy importante observar el movimiento de los actores con más acuciosidad porque por más que no quieran la guerra, si los caminos conducen hacia ella, poco o nada podrán hacer ante una eventual fase explosiva que todos sabemos que es posible y tan real que pudiera consumarse pues cuando los astros se ponen ninguna voluntad podrá frente a su decurso inexorable, propio de la vida humana, determinada desde siempre por los conflictos.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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