El crimen de Kristel

Una mujer ecuatoriana, residente de Ohio, Estados Unidos, fue sentenciada hace una semana a cadena perpetua sin la posibilidad de libertad condicional, tras la muerte de su hija de 16 meses, quien fue dejada por ella sin ningún cuidado por un periodo de 10 días mientras tomaba vacaciones en Detroit y Puerto Rico. Los paramédicos hallaron a la pequeña en un estado crítico de deshidratación y fue declarada muerta poco tiempo después. La necropsia indicó que la bebé murió por desnutrición y deshidratación.

Kristel Candelario, de 32 años, admitió su culpabilidad y apenas se limitó a decir: “Me duele tanto todo lo que sucedió. No intento justificar mis actos, pero nadie sabe lo que yo estaba sufriendo y por lo que estaba pasando.” Kristel tenía depresión mayor. Su abuela dijo que venía de un hogar “donde había valores, creencias, emociones, calidez; donde lo más importante era la familia”. Pese a ello, su salud mental y emocional se había resquebrajado y roto en repetidas ocasiones.

¿Qué pasó en ese momento en el que Kristel cerró la puerta de su casa sabiendo que su pequeña no resistiría el abandono? ¿Qué demonios interiores la empujaron a salir de vacaciones acompañada por la muerte? ¿A quién en verdad abandonó? ¿A quién mató? ¿Es justo lo que le dijo el juez: ¿así como tú condenaste a tu hija a no salir jamás de tu casa, yo te condeno a no salir jamás de la cárcel?

Nadie sabe lo que es en el fondo la depresión. Algo se rompe, algo se pierde en la mente y el alma. ¿Neurotransmisores? ¿Energía? ¿Ánimo, fe, esperanza? Algo penetra nuestras estructuras integrales invadiéndolas casi por completo: ¿Tristeza? ¿Ira? ¿Frustración? ¿Recuerdos insanos?
No voy a tener la dureza del juez con esta muchacha del Guayas que hace años buscaba el sueño americano, aunque sé que su crimen es imperdonable. Pero voy a recordar, porque deseo comprender, al especialista que dijo que nadie sale ileso de una madre. La hija de Kristel salió muerta de su regazo, casi desaparecida por el hambre y la deshidratación.

Miremos esta tragedia con ecuanimidad, aunque sea pedir demasiado. Una excelente educadora me dijo que simplemente eran la maldad y el narcicismo y que su perfil en los interrogatorios delataba a Kristel. Tal vez sea así…
Al escribir esta nota recuerdo a Luchi, mi mamá, rezando conmigo al pie de mi cama antes de dormir. Y pienso en las madres que salen apuradas todos los días de sus trabajos para ver a sus hijos.
Jorge.alania@gmail.com

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.