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El cuestionado Jurado Nacional de Elecciones

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Fecha Publicación: 24/03/2022 - 23:00
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Decía el gran Winston Churchill que “La principal diferencia entre los humanos y los animales es que, sencillamente, los animales jamás permiten que su líder sea el más estúpido de la manada”. Lamentablemente Churchill falló de manera estrepitosa en el caso de nuestro país. Aunque respecto al Perú, el oráculo debió incluir a la autoridad que escogen los animales para elegir a su líder. Porque, con autoridades electorales de la ralea que aún siguen a cargo del JNE, la trampa abonará a favor de los tontos manipulables, como comprobásemos en la primera vuelta electoral de mayo 2021. En un país adonde ya reinaba el caos y, consecuentemente, se encontraba sumamente mellado el Estado de Derecho -derruido por un miserable como Martín Vizcarra- llevar a cabo unos comicios adonde participaría el comunismo, trajeado de humilde profesor chotano, la presencia de un comunista apellidado Salas Arenas actuando nada menos que como presidente del Jurado Nacional de Elecciones, significaba una ventaja muy apetecible para el marxismo, leninismo, mariateguismo peruano. ¡Como que así lo fue! Salas Arenas es un viejo marxista, defensor de terroristas que, abusando de su poder, usó el doble voto que le permitió su sorda campaña para invalidar la elección de un delegado del Colegio de Abogados de Lima, apelando a las hordas rojas violentistas para impedirlo una y otra vez.

Aunque la mona se vista de seda mona se queda, señor Salas Arenas. Usted podrá engañar a muchos por mucho tiempo; pero jamás a todos durante todo el tiempo. Un reciente “informe” producido por una OEA dominada por sus pares marxistas, alega que una misión suya “constató que, en la mayoría de los casos, estas denuncias no fueron acompañadas de la presentación de alguno de los recursos formales que la ley prevé para cuestionar resultados.” Vale decir la OEA privilegió las formalidades, antes que las pruebas. Una excusa facilista característica de aquella burocracia socialistoide que se ha encaramado en dicha organización, hoy absolutamente inútil para asegurar el sistema democrático en el subcontinente.

Venimos reiterándolo cansinamente. El Parlamento de la República está obligado a asegurarnos que las elecciones –regionales, y municipales; con mucho más razón las generales- sean convocadas, reglamentadas, controladas y procesadas con la más absoluta prolijidad, seriedad y prontitud. Pero el delegado de la Suprema, el inefable Salas Arenas, no es garantía de aquello. ¡Todo lo contrario! Ya lo demostró en los comicios del año pasado. Consecuentemente, el Congreso debe conminar a la Junta Nacional de Justicia JNJ para que cambie de autoridades en el Jurado Nacional de Elecciones JNE. El tiempo corre y las siguientes elecciones para elegir gobernadores y alcaldes han sido convocadas para octubre. Repetimos, el Perú no puede ni quiere ni debe –ni merece- contemplar otro proceso electoral dirigido por el camarada Salas Arenas. Sería una estafa a nuestra población, de por sí indignada, presta a defender sus fueros hasta las últimas consecuencias en medio de un ambiente absolutamente envilecido, canallesco y peligroso, como el que ha generado esa cuestionada elección administrada por el comunista Salas Arenas.

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