El decepcionante Congreso Nacional
Siete ministros del Interior y cinco comandantes generales de la Policía Nacional en el lapso de un año. Récord planetario. Y además, palmaria demostración de la ineptitud de Pedro Castillo para seleccionar a las personas a quienes ha encomendado no solo ésta, sino todas las carteras ministeriales, incluida la PCM. Lo que le convierte en único responsable de semejante demostración de desgobierno. Un inmenso perjuicio al país que, como usted conoce, amable lector, nadie -menos aún Castillo- asumirá el costo de resarcirlo. ¿Hasta cuándo vamos a permitir que quede sin castigo gente tan miserable como los gacetilleros de IDL, portavoz de la basura política conocida como “caviares”? Gente resentida y acomplejada social que fungió de propagandista y de alcahueta de sujetos tan incapaces y tan corrompidos como Pedro Castillo, induciendo al ciudadano a que votase por un sindicalista de la facción movadef (sendero luminoso), alegando que “votar por Keiko es votar por la corrupción y el abuso.” Fatalmente, tuvieron éxito gracias a su connivencia con La República, RPP, El Comercio y los canales 2,4,5,8,9, conscientes de que Keiko nunca ha gobernado y, además, hasta la llegada al poder de su patrocinado Castillo, los auténticos gatos gordos de la corrupción peruana han sido sus loados cogobernantes Toledo, Humala, Kuczynski, Vizcarra.
De manera que los caviares son tanto o aún más responsables de los padecimientos que sufren ahora los peruanos, al haber estimulado a votar por un corrupto, neófito en gobernar; y hábil en manipular al país para conducirlo al totalitarismo de los Castro, Chávez, Maduro. En consecuencia, cuando menos la sociedad debería censurar y castigar a todos esos caviares, prohibiéndoles participar en toda gestión o cargo relacionado con el Estado: desde puestos directivos hasta asesorías, o lo que fuere. El delito perpetrado por los caviares (incitar a los peruanos a votar por un tipejo como Castillo) es un crimen social que la población peruana exige sea imputado a esa mafia que, directa/indirectamente, cogobernó con ese ya citado póker de sinvergüenzas.
Primer Otrosí: La presidenta del Congreso, impuesta por el ambivalente César Acuña, es incapaz de someter a debate las denuncias constitucionales contra Dina Boluarte y Pedro Castillo, que hace demasiados meses duermen el sueño de los justos.
Segundo Otrosí: Incomprensiblemente, la comisión de Constitución del Parlamento, a cargo del Fuerza Popular –léase Keiko Fujimori- mantiene encarpetado el proyecto de ley de adelanto de elecciones. Lo mismo ocurre con el proyecto de ley presentado en abril, para reducir la vigencia del plazo de cinco años del régimen Castillo.
Tercer Otrosí: ¿Qué le sucede al congresista y otrora exitoso Comandante General del Ejército, Roberto Chiabra? Inició con brillo su gestión como legislador, pero conforme ha pasado el tiempo su presencia ha venido desvaneciéndose. Ahora sostiene que Pedro Castillo, imputado por la Fiscalía de liderar una organización criminal, sólo debe recibir una “sanción moral” ante al colosal daño moral, económico, político, social, etc., que le ha infligido al Perú. ¡Asimismo, que está “en desacuerdo con el adelanto de elecciones”, y “duda del éxito” de la moción de vacancia!
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