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El desafío totalitario

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Fecha Publicación: 11/01/2023 - 23:10
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En 1967 el escritor francés Jean Jacques Servan Schreiber publicó el libro “El Desafío Americano” que se convirtió en un inmediato bestseller. Dicho libro sostuvo la tesis que la tercera potencia industrial en el mundo, después de los Estados Unidos y de la URSS, era la industria americana en Europa. Desde entonces mucha agua ha corrido bajo los puentes y en el 2023 Estados Unidos continúa siendo la primera potencia económica del mundo, seguida muy de cerca por la República Popular China, luego Japón, Alemania y el resto de la Unión Europea. La URSS dejó de existir en diciembre de 1991 pero fue sustituida por Rusia, que ni siquiera aparece dentro de las primeras diez potencias económicas del planeta, pero que posee el segundo arsenal nuclear del mundo. En febrero del 2022 Rusia invadió Ucrania, una de las 15 repúblicas de la ex URSS, sin embargo después de una feroz ofensiva todavía no ha podido doblegarla y la guerra se pelea en la frontera oriental de ese país. Rusia y Ucrania, países hermanos por sus vínculos étnicos, religiosos, culturales e históricos, hoy día se han convertido en mortales enemigos.

¿Por qué? La razón es muy simple, el dominio totalitario que Vladímir Putin, presidente de Rusia desde el año 2000, ha impuesto sobre su país, que no tolera la independencia de sus vecinos inmediatos antes integrantes de la ex URSS. Rusia ha dejado de ser comunista, habiéndose convertido en un país de oligarcas económicos bajo el liderazgo de Putin, pero sus antiguos asociados deben seguir la línea geopolítica trazada desde el Kremlin o de lo contrario sufrir sus consecuencias.

Algo parecido estamos viendo en Latinoamérica. Cuba convertida al marxismo desde 1959 por la tiranía castrista, se ha convertido en el mendigo de América a pesar del subsidio soviético y luego venezolano. Es un país económicamente miserable que sojuzga a su población pero que se las ingenia para exportar médicos y soldados a fin de apoyar a las dictaduras que le son afines, Venezuela, Nicaragua y Bolivia. Por ese tráfico humano el gobierno cubano cobra algunos dineros que lo ayudan a sostener su tiranía. En los dos últimos años ha recibido el respaldo de México bajo la infeliz conducción de López Obrador, que quiere convertirse en el nuevo mesías del continente americano interviniendo en la política interna de Bolivia y ahora del Perú. El golpe fallido de Pedro Castillo el 7 de diciembre último le dio la gran oportunidad, para lo cual enroló a los presidentes Petro de Colombia, Arce Catacora de Bolivia y Alberto Fernández de Argentina con el fin de intervenir en el Perú organizando manifestaciones vandálicas cuyo objetivo es la desaparición de nuestra patria como Estado independiente. En ese empeño recibió la voluntaria colaboración de Evo Morales Ayma, que desea robarnos Puno y otras regiones del sur para conseguir su ansiado mar para Bolivia. Es la misma historia de antes pero ya no con Chile sino con el Perú. ¿Qué hacer?

El gobierno constitucional de la señora Dina Boluarte con su presidente del Consejo de Ministros Alberto Otárola, debe mantener el orden público impartiendo las instrucciones necesarias para que nuestras fuerzas armadas y policiales reduzcan la agresión de los violentos empleando los instrumentos que la ley les confiere y que están a su disposición. De no hacerlo el Perú será una nueva víctima del desafío totalitario.