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El discurso del 28

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Fecha Publicación: 18/07/2020 - 22:10
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Llueve sobre mojado dedicar muchas líneas al reajuste del Gabinete Ministerial, episodio que bien puede resumirse en tres puntos: 1) La urgencia del presidente Martín Vizcarra de eyectar del mismo a dos perfectos inútiles como lo han sido Vicente Zeballos y Víctor Zamora; 2) girar hacia la derecha y a un definido propósito reactivador de la economía, dándole el protagonismo de premier a Pedro Cateriano que esta vez ya no necesita hacer política para aniquilar a sus –por el momento– menguadas bestias negras (apristas y fujimoristas) sino para ganar réditos en la aplicación del modelo liberal; y 3) internalizar profundamente en la población que estamos en la etapa “sálvese quien pueda” para que en el balance final del Gobierno primen las advertencias incumplidas antes que las acciones públicas ineficaces.

Sobre esto, agreguemos dos frases de Vizcarra que han hecho noticia esta semana y mediante las cuales se explica el cambio de timón.

La primera: “La enfermedad nos ha enseñado que este virus va a atacar a todos, que nadie se va a salvar. Unos más temprano, otros más tarde, pero nadie se va a salvar. Entonces hay que estar preparados”. La segunda: “Yo no veo… que estemos en una situación para más adelante regresar a una cuarentena”. Punto final.

Anticipemos más bien la lupa sobre los ítems que abordará el jefe del Estado en su discurso obligatorio ante el nuevo Congreso el próximo 28 de julio, sabiendo la enorme importancia que le concede a esta oportunidad y escenario para formular grandes anuncios. Así lo hizo el 2018 y el 2019 con iniciativas de reformas, buenas o malas, pero marcando la agenda del debate político.

Por ello, las correrías de Cateriano para apresurar la comparecencia del Gabinete ante el Parlamento y recibir la confianza, tienen sentido. Sobre todo, para quitarle las castañas del fuego a Vizcarra en el asunto más deplorable y canalla de la era Zeballos-Zamora: el subregistro de muertes a consecuencia del Covid-19. Al respecto, Cateriano dijo ayer en RPP: “hemos encontrado un desfase” (eufemismo parecido a “meseta prolongada” o “meseta irregular”) y que hará un sinceramiento de cifras junto a la ministra de Salud Pilar Mazzetti.

El objetivo, repito, es que abordando este y otros temas controversiales en la presentación por la investidura, Vizcarra quede libre de mayores autocríticas y pueda sentar bases de esperanza en el mensaje del 28. Lo ayuda ese optimismo futbolístico de la mayoría del pueblo peruano que, según la última encuesta de Ipsos, se manifiesta con un 38% a favor de la mejoría económica dentro de 12 meses.
Perfilemos más atención a lo que dirá Vizcarra por Fiestas Patrias. Es su último discurso como gobernante.