El discurso farsante de la «justicia social»

El poder está repleto de fariseos. La RAE los denomina como farsantes, falsos, hipócritas, estafadores y más. Nuestra variopinta política está infestada por este tipo de “políticos”, aquellos que, si en algún momento deciden sacar las “garras” para dar pelea, lo hacen solamente para defender y respaldar a su grupo político ante los ataques de otro, cuyo objetivo es sobrevivir. Sin embargo, estas sectas satánicas, nuestros amigos de Perú Libre, PPC, Humalismo, Somos Perú, Partido Morado y más, intentan sobrevivir en cada elección municipal, presidencial y de gobiernos regionales. Pero no asimilan que la verdadera inversión que pueden hacer sus grupos es trabajar para acabar con el desarrollo de la mediocridad humana que avanza en nuestro hermoso país.

‘Políticamente correcto’. A muchos fariseos en el poder les encanta adoptar esta postura. Es el caso de Francisco Sagasti, quien se vende como el hombre parsimonioso, “razonable” y leído, con chalina de seda en el cuello debajo de la camisa, sentado en algún café pituco de San Isidro. ¡Qué cercano al pueblo! Pero esa pose atrae a los que prefieren vivir en la mentira maquillada, y no a los que huelen farsantes a kilómetros. Por otro lado, tenemos a Juan Sheput, el asesor ad honorem de muchos políticos. El hombre que lamentó la clausura del café Haití en Miraflores porque ya no tenía lugar para leer sus libros, mientras analiza la realidad nacional en un distrito que es todo lo opuesto a la realidad del país.

Esta clase de políticos son los que jamás hablarán de las cosas que importan como país, como las madres adolescentes. Solo en el primer trimestre del 2023 se registraron cerca de 4000 mil adolescentes embarazadas de entre 11 y 19 años de edad, la mayoría de ellas en la zona rural. ¿Qué futuro les espera a estas mujeres y a sus hijos? Muchas de ellas son madres por causa de la violación sexual, y otro grupo porque simplemente no les enseñaron a cuidarse o no les importa ser responsables con su sexualidad. ¿A qué me refiero? Si son lo suficientemente grandes para tener relaciones sexuales, deberían serlo para saber las consecuencias que trae no protegerse con un simple condón. Estas personas terminan convirtiéndose en una carga para el Estado. Necesitamos hablar claro con nuestras adolescentes y proteger a nuestras niñas del abuso sexual.

Anemia. ¡Nuestros niños están anémicos, por Dios Santo! Los hijos del Perú, nuestros niños de entre 6 y 35 meses, que son el 40.9% y que representan a más de 700 000 infantes, jamás lograrán alcanzar oportunidades, desarrollar su cerebro o conseguir buenas oportunidades laborales y educativas si no alimentan su cerebro de forma correcta. Terminarán resentidos con el sistema. Poco a poco serán captados por fariseos, farsantes e hipócritas como Francisco Sagasti, Pedro Castillo u otro izquierdista, socialista y caviar con el discurso barato de “justicia social”. Y lograrán captarlo y hacerle creer que el Estado debe darles todo para vivir. Sabemos que no es así. Es fácil destruir el discurso de un izquierdista. ¿Cómo? Necesitamos trabajar.

Si los impuestos que algunos peruanos pagamos pueden servir para sacar a estas personas de su miseria mental, física y económica ¡háganlo! El Estado está en la obligación de entregar salud, educación, seguridad, alimentación; y por último, la generación de oportunidades para los que se esfuercen y se preparen. Siempre voy a repetir esto: el Estado no nos está haciendo ningún favor porque esa es su obligación. Simple. Si no deseamos que un grupo de fariseos, farsantes e hipócritas como los izquierdistas, socialistas y caviares sigan captando peruanos frustrados y resentidos con el sistema, necesitamos demostrar que nuestras ideas funcionan, que el libre mercado y el liberalismo con respeto innegable a nuestra capacidad para elegir, crear y ganar está hecho para todos. Necesitamos trabajar en los hechos y no solo discursos.

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