El «edadismo» laboral en el Perú

¿Cuál es la definición de “edadismo” según la Organización Mundial de la Salud (OMS)? El edadismo se refiere a los estereotipos, prejuicios y discriminación con respecto a los demás o a nosotros mismos por razón de la edad. Es decir, discriminación por la edad que tenemos.

Hace unas cuantas semanas escribí desde esta columna un artículo relacionado a las nuevas generaciones de personas mayores de 50 años, llamados SILVERS o SENIORS, en el cual explico cómo es que a nivel mundial la economía de este segmento, sobre todo en Europa, donde la población es más “vieja”, está dando que hablar. Los mayores de 45 han incrementado un 2% más su renta en comparación con el resto, y se muestran interesados en el consumo de productos de “autosatisfacción y autocuidado”.

Es un hecho como advertía en el artículo que refiero, que los cincuentones de hoy no somos los cincuentones de hace, justamente, cincuenta años. La ciencia, la tecnología y la calidad de vida han permitido que las habilidades de todo tipo con las cuales llegamos a esta edad, son en general óptimas para cualquier actividad que queramos hacer o emprender.

Sin embargo, y a pesar de las pruebas fácticas del día a día, aún nos encontramos ante la dificultad de que los jubilados peruanos que inician los cincuenta y bordean los sesenta sean descartados de facto en la competencia laboral. Lo cual, en una sociedad mundial que envejece, es un despropósito, pues los jóvenes no podrán en pocos años solventar la carga de jubilados que existirán en treinta años más. En otras palabras, las economías deberán incluir a este segmento con alto potencial en la oferta laboral en todos los campos.

Ayer, dictando un taller de imagen y etiqueta social a un grupo de trabajadoras del hogar de la agencia de una emprendedora, conocí a “Rosa”, la única con sesenta años, quien me contó que le había costado mucho poder colocarse debido a su edad ya que los empleadores prefieren trabajadoras jóvenes.

Inmediatamente me puse a pensar, pero si ni siquiera la han visto, no han hablado con ella; la razón es únicamente la concepción cultural que tenemos frente a la edad de las personas.

La historia de “Rosa” tuvo final feliz, pues una pareja de médicos, con una hija única de quince años de edad, quienes salen a trabajar diariamente, tuvieron el suficiente criterio e inteligencia de analizar que una mujer joven no podría atender requerimientos emocionales o imprevistos de su adolescente hija, como lo haría una mujer SILVER.

“Rosa” hoy está muy contenta en su trabajo, pues ha excedido las expectativas que la pareja de padres tenían de ella. Para muestra, ¡un botón!