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El ejemplo de Chile

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Fecha Publicación: 05/09/2022 - 23:00
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El triunfo del NO en Chile es un punto de quiebre para la avalancha roja que, tras la muerte del tirano asesino Fidel Castro, desataran Cuba y Venezuela a través del Grupo el Pueblo y el Foro de Sao Paulo. ¿El propósito? Impulsar que el neo comunismo se haga del subcontinente latinoamericano. ¡Vieja idea de la revolución cubana que ya ha secuestrado Nicaragua, Venezuela, Colombia y, hasta ayer, Chile! Probablemente avance hasta Brasil, de triunfar Lula en las elecciones. Además de Argentina, con su propia versión kirchnerista/peronista. Y por supuesto seguiría Perú, de fracasar la oposición en su meta de vacar al chotano, envuelto en un fenomenal manto de corrupción.

Aunque todavía sigue endeble Ecuador -donde el presidente Lasso gobierna sin apoyo del Congreso, y además amenazado por el extremismo izquierdista- como parte de aquellos países que acabarían conformando el eje geopolítico marxista.

Gabriel Boric –presidente chileno portaestandarte del comunismo- fracasó en su intento por repetir el éxito marxista que le llevó a ganar la presidencia de su país con el 55.85% de los votos, en la elección de diciembre 2021.

Ya entrada la noche del domingo, Boric tuvo que reconocer que la mayoría chilena le dijo NO a la pretensión marxista de reemplazar la Constitución de Chile por otra Carta de corte totalitario. Sin duda, la estirpe democrática del pueblo chileno ha sido determinante para el fracaso del SÍ, que únicamente obtuvo un 35% de las preferencias ciudadanas, frente a un determinante 61% del NO de la oposición anticomunista.

La gesta de los chilenos indudablemente fortalece a la oposición peruana, en su terca batalla por deshacerse de un gobernante comunista, pro senderista -y sobre todo ultra corrupto- como el neófito Pedro Castillo Terrones, “autor” de una tesis universitaria plagiada quien, desorientado por el laberinto de su ignorancia, se aferra con uñas y dientes al poder, mientras agoniza en un océano de imputaciones cada cual más contundente que la anterior. Estas le acusan desde presuntamente liderar una organización criminal -que integrarían él, su esposa, su hija putativa, sus cuñados, algunos ministros y ex ministros, el ex Secretario General de Palacio, etc.- de violar leyes, e incluso de trasgredir la Constitución. Gravísimos delitos perfectamente determinados en siete carpetas abiertas contra él por el Ministerio Público, con el aval de un Juez Supremo.

Hasta el sábado último Chile estuvo encaminada a convertirse en una sociedad comunista, regida por una de las constituciones más radicales que se conozca. Sin embargo, Boric, descrito por un medio como “políticamente indefinido, a la vez que como un camaleón político capaz de adaptarse a las circunstancias y a las conveniencias, aunque, eso sí, un antisemita ubicado en la antípodas del capitalismo y el libre mercado”, es un político pragmático que, ante todo, sabe leer los mensajes del pueblo chileno. Y la respuesta del domingo a su iniciativa de una constitución marxista resultó siendo abrumadoramente repudiada por los ciudadanos del vecino sureño.
Si nuestros políticos son incapaces de aprovechar el ejemplo chileno, de una vez por todas reconozcamos la inviabilidad democrática peruana.

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