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El Frankenstein de Infraestructura

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Fecha Publicación: 04/08/2024 - 21:20
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Como si se tratara del Santo Grial o las Llaves del Reino de los Cielos, la presidenta Dina Boluarte ha anunciado la creación del Ministerio de Infraestructura (MINFRA), que “absorberá a la Autoridad Nacional de Infraestructura (que justamente Dina creó el 21/7/23) y los programas adscritos a los ministerios” (28/7/21). Ergo, se suman: Provías, Pronis (Salud), Pronied (Educación), entre otras entidades, que representan el 31% del presupuesto de inversión pública. No se incorpora ProInversión, que promociona las asociaciones público-privadas (APPs) y que seguirá en el MEF, ni a FONCODES. Tampoco se incluye la obra a cargo de regiones y alcaldías.

La presidenta espera que el MINFRA esfume la corrupción, la ineficiencia y la mediocridad. Es importante diferenciar la obra pública (OP) de las concesiones de las APPs. En la OP, el diseño está sujeto a la arbitrariedad en los costos de la burocracia (ejemplo Provías), donde se deben homogenizar los costos unitarios, mientras que la buena pro OP tiene un tope de 10% hacia arriba (y hacia abajo), y los costos adicionales un límite de 25%. Sin embargo, los arbitrajes en las últimas décadas han asolado sin mesura el tesoro público.

En la ejecución, hasta el Caso Lava Jato, la supervisión a cargo de terceros era una garantía. Otro tema, no menor, son las cartas fianza “truchas” presentadas por los contratistas para recibir el adelanto del 20%, que combinado con la voracidad de las autoridades, ha provocado que en 11 mil (92%) de las 12 mil obras paralizadas (a un costo de S/ 64 mil millones), el avance sea menor al 30%. Es decir, se juntaron los Al Capones y los Rififís.

A raíz de los Panamericanos de Lima (2019), se vienen promocionando dos “soluciones mágicas”: el contrato de gobierno a gobierno (G2G) y el PMO (Project Management Office) a cargo de la gestión del proyecto. No obstante, el costo por metro cuadrado que exhibe la Villa Panamericana no tiene correlato con el mercado nacional (200%), y, sobre los prodigios de los PMOs, no resulta ocioso recordar que la Refinería de Talara contaba con un PMO: Deloitte. Sin embargo, el presupuesto inicial de US$ 2.7 mil millones ha superado los US$ 7 mil millones, sin que el excontralor Nelson Shack haya cumplido con la promesa, antes de irse, de presentar la evaluación final.

Respecto a las APPs (aun cuando la participación privada no pasa de un cachito), se escapan de los límites de la Ley de Contrataciones, tornándose el costo de los últimos proyectos incontrolable. Ejemplos: la Interoceánica Sur empezó en US$ 800 millones y bordeó los US$ 4,000 millones, mientras que la línea 2 del Metro, en que ProInversión optó por el diseño más oneroso y con postor único: ACS por US$ 5,700 millones, cuyo avance, pese a haber transcurrido 10 años, apenas ronda el 50%. Mientras tanto, los arbitrajes vienen incrementando sin pausa el costo final.

El gobierno militar de Juan Velasco (1968) liquidó el Ministerio de Obras Públicas (Nicolás Piérola, 1896) creando cuatro ministerios: Transporte, Energía y Minas, Comercio e Industria y Vivienda. Mientras que Alan García, en su primer gobierno, creó el Ministerio de la Presidencia (1985) que fue potenciado por Alberto Fujimori, agrupando: Fonavi, FONCODES, INFES (Educación), CORDELICA, entre otros.

El PBI de 1994 creció en 13.4%. Increíble, pero cierto. En una suerte de tsunami de cemento se gestó el lema de campaña de la primera reelección: “Tres colegios por día”, inaugurando además, postas, puentes, canales, etc., lo que se reflejó en el 65% de votación que obtuvo en las ánforas (Caretas, 1995).

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