El fraude de Vizcarra
Al final del día, la mentira -con sus patitas cortas- siempre queda retratada en todo su esplendor. Por ejemplo, el mito del Congreso obstaculizador. Eso fue solo un gigantesco embuste elaborado por los laboratorios de fake news que operan los progremarxistas. auténticos secuestradores de Kuczynski y Vizcarra. Hoy, sin poder Legislativo, el Perú deambula lastrado por un Ejecutivo unísono, camino al totalitarismo que aplica el modelo chavista de clausurar el Parlamento. Aquello nos enrumba al segundo mandamiento del Foro de Sao Paulo para comunizar México: “Someter a los poderes Legislativo y Judicial bajo un solo poder (léase Ejecutivo).” Todo empezó con la enorme mentira del “Congreso obstruccionista” como argumento efectista, fáctico y propagandístico. Les rindió grandes réditos a Kuczynski y también a Vizcarra. Fina cortesía de aquella infamia llamada “gran prensa”, encabezada por el traicionero grupo El Comercio que, al estilo Goebbles, repitió mil veces esta falacia hasta convertirla en verdad oficial.
Una prueba más de esta mascarada titulada “Congreso Obstruccionista” acaba de darla el presidente golpista Vizcarra al presentar las medidas que implementará su gobierno. Para hacerlo convocó a perro, pericote y gato a su palacio, dándoles a saber, en calidad de “primicia”, sus disposiciones. Dicho sea de paso, confirmó que su gabinete se saltaría a la garrocha el artículo 130 de la Constitución, que lo conmina a presentar su “programa de trabajo” ante el Parlamento. Pero si Vizcarra ya violó la Carta Magna clausurando el Congreso, ¿qué más daba otra raya al tigre? Para justificarlo, Vizcarra dijo muy agilito que “ante las circunstancias que vive el país” reemplazaba ese mandato constitucional por la presentación en sociedad de su gabinete frente a unos menguados asistentes a la cita palaciega. A estos los llamó “un nutrido grupo de instituciones públicas y privadas, de representantes de la ‘sociedad civil’, y de todos los peruanos.” Lo alarmante, amable lector, es que ninguno protestó. Porque estando vigente la Comisión Permanente del Congreso. el gabinete deberá acudir allí para presentar su plan de trabajo. Pero Vizcarra prefiere ignorarlo. Y, repetimos, ¡todos silencian esta sistemática quiebra del Estado de Derecho!
Pero ¿qué ofrece este gabinete presidido por otro golpista como el ministro de Justicia, quien debería velar porque el Ejecutivo cumpla la Constitución? Según Vizcarra centrará sus funciones en: 1) Afirmar la seguridad ciudadana con inteligencia y patrullaje policial; 2) Reactivar las obras paralizadas y estimular la inversión; 3) Perseguir el narcotráfico; 4) Priorizar el Metro; 5) Colocar 1.5 millones de conexiones de gas natural; 6) Aumentar el sueldo mínimo; 7) Agilizar la venta de medicamentos genéricos: 8) Afiliación universal al SIS; 9) Aumentar anualmente las pensiones. En el fondo, todo esto pudo hacerlo hace casi dos años Vizcarra. Y no lo hizo ¡alegando el cuento del Congreso obstruccionista!
Apostilla. Los representantes de las instituciones privadas que asistieron a esta nueva quiebra constitucional la aplaudieron a rabiar. Como los venezolanos con Chávez. Una vergüenza. Permitir que todo siga igual únicamente por codearse con el poder, es ser tan golpista como quien cerró el Congreso aduciendo la engañifa del obstruccionismo.