El futuro de las OCEX: Meritocracia y más estrategia

La red de Oficinas Comerciales del Perú en el Exterior (OCEX), a cargo de PromPerú, constituye un factor clave en la identificación de nuevos compradores a nivel mundial. Para los pequeños exportadores, en particular, representa la esperanza de contar con verdaderos promotores de la oferta peruana y articuladores con potenciales clientes internacionales.
Su relevancia es innegable. Las OCEX fueron concebidas como brazos ejecutores de la política del comercio exterior peruano, con la misión de ejecutar actividades de promoción comercial y apoyar a los exportadores, atraer inversiones empresariales y promover el turismo y la imagen-país.
No obstante, sus resultados no han sido iguales, lo que obliga a una evaluación más rigurosa y a replantear sus estrategias de tal forma que todas las oficinas generen contactos sólidos y oportunidades de negocio concretas.
El reto está claro: se necesitan profesionales con experiencia en comercio internacional, capacidad de negociación y orientación a resultados. El cargo no debe ser visto como un puesto diplomático, sino como una función técnica con objetivos precisos y medibles.
En este contexto, han surgido iniciativas legislativas, como el Proyecto de Ley N° 12369-2025, el cual cobra especial importancia pues busca garantizar la continuidad y eficiencia de las OCEX mediante cambios normativos y mecanismos más ágiles para cubrir plazas vacantes.
Aunque mantiene el concurso público como vía principal, abre excepciones que permiten designar a quienes aprobaron concursos públicos en los últimos cinco años, o a exconsejeros sin sanciones.
Sin embargo, también permitiría cubrir hasta un 15% de plazas con profesionales de reconocida trayectoria, pero sin necesidad de un concurso público, lo que representa un retroceso en la consolidación de la meritocracia, especialmente cuando concluyó hace poco un concurso para designar a cinco consejeros y se abrió un segundo concurso para cubrir otras cuatro plazas.
No se trata de abrir más oficinas sin sustento sólido, ni contratar por cubrir plazas. Cada dólar invertido debe traducirse en retornos concretos en exportaciones, turismo e inversiones. Los países más competitivos ubican sus representaciones en destinos estratégicos, no en base a la cantidad sino al impacto real.
En esta misma línea, cerrar oficinas que no cumplen los objetivos planteados no debe interpretarse como un fracaso, sino como una decisión responsable en la administración de recursos limitados. Se debe priorizar mercados que ofrecen más oportunidades, en lugar de sostener representaciones costosas y poco efectivas.
El éxito de las OCEX dependerá también de su articulación con el sector privado. Las empresas, que conocen de primera mano los retos de la competencia internacional, deben ser el principal insumo para la labor de estas oficinas.
Hoy, la selección de nuevos consejeros constituye una oportunidad decisiva. Profesionales con dominio de varios idiomas, conocimiento actualizado de las tendencias globales y capacidad para transformar contactos en resultados concretos, podrían marcar un verdadero punto de inflexión en el comercio exterior peruano.
En conclusión, las OCEX son una herramienta estratégica para el desarrollo del país. Pero requieren visión de largo plazo, evaluaciones permanentes y reformas que garanticen su efectividad. Solo así dejarán de ser vistas algunas como oficinas administrativas en el extranjero para convertirse en motores de crecimiento.

Mira más contenidos en Facebook, X, Instagram, LinkedIn, YouTube, TikTok y en nuestros canales de difusión de WhatsApp y de Telegram para recibir las noticias del momento.