El gobierno municipal de Lima y el derecho de transitar

Dentro de la variedad de compromisos que deberá atender la nueva autoridad municipal de nuestra querida Lima, capital de la República, es la de hacer posible que el común de las personas pueda transitar con tranquilidad y seguridad por los alrededores de la zona central de la ciudad.

Es incomprensible e inaceptable que en la llamada “Lima cuadrada” no se pueda caminar con la facilidad que se requiere, por cuanto sus calles, desde hace ya muchos meses, se encuentran clausuradas por la realización de trabajos, según se dice de “remodelación”.

Si por razones laborales, profesionales o de paseo necesitamos acudir al centro de la ciudad capital, lo primero que evaluamos es cuánto tiempo nos tomará llegar, desde el lugar donde nos encontramos; o si podremos llevar nuestra propia movilidad y saber si podemos contar con una playa de estacionamiento cercana a nuestro destino, o, también, si un taxista nos quiera hacer el servicio de llevarnos. Frente a todas estas interrogantes, las respuestas serán de incertidumbre y de desconfianza; es decir, mejor nos abstenemos de ir “al Centro de Lima”.

En consecuencia, no podemos “obsequiarnos” de la oportunidad de poder apreciar los encantos que nos ofrece la vieja Lima, con su arquitectura señorial y acogedora, el ir venir de las personas que transitan con serias dificultade sus calles, así como también el poder visitar las tiendas comerciales que, a pesar de los obstáculos que tienen, ofrecen una gran variedad de productos que motivan el interés de los paseantes.

Los vecinos de la Lima que añoramos queremos una ciudad que nos llame a visitarla, cualquier día de semana e, inclusive, en la mañana, tarde o noche, sin vernos expuestos a los sinsabores o incomodidades que hoy se tiene, y que desde hace mucho tiempo casi no se hace nada por mejorarla.

Los contratos que la autoridad municipal suscribe con los ejecutores de las obras que se proyectan, además de erradicar la más mínima conducta de corrupción, deben garantizar que la obra se termine de ejecutar en un plazo razonablemente corto y con el uso de material de calidad garantizada, de tal manera que no solo los vecinos sino también los visitantes extranjeros puedan pasear y gozar de esa Lima que extrañamos y que alguna vez soñamos.

Es también un derecho de la persona el poder transitar con libertad y seguridad, razón por la cual corresponde al gobierno municipal en cuanto a la ciudad que administra, dotarla de esas condiciones que sus vecinos reclaman, exigiendo una pronta y planificada decisión que permita revertir esa actual realidad.

Se suele decir que “la esperanza es lo “último que se pierde”; pues, entonces, no hay que perder la esperanza que la autoridad municipal que se estrene al inicio del venidero año, a pesar de las numerosas tareas que tendrá que cumplir, en el más breve plazo, deberá dictar las disposiciones que permitan resolver el problema del tránsito peatonal en el centro de la ciudad capital.

Por lo tanto, la nueva gestión edilicia debe hacer de Lima una ciudad digna de ser visitada y admirada, por nacionales y extranjeros; y, de paso, hacer que nos podamos sentir orgullosos a los que nacimos en esta bella ciudad, incluyendo su Barrios Altos, hoy muy inseguro.
O, lo que es lo mismo, el compromiso del gobierno municipal debe ser el de recuperar Lima, para los limeños, para los peruanos y para el mundo. Ojalá que se logre alcanzar ese objetivo.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.