¿El gobierno necesita dinero? Que se atreva a reducir el Estado
El MEF está con la espada desenvainada contra los emprendedores. Entre gallos y medianoche publicó el DS que reducía el Drawback del 3 al 1%, con entrada en vigencia a los 5 días de publicada la norma, sin ninguna consideración por los contratos de exportación negociados hasta fin de año. También pretende gravar las ZEE con una tasa del 15%, no solo restándoles competitividad sino condenándolas a desaparecer, cuando la idea era atraer inversión y generar clústeres industriales, creando cadenas regionales de valor y productos en los que nuestro país tenga ventaja competitiva. El gobierno no lo entiende y nos está condenando a mantenernos como un mero exportador de materias primas.
A más inri, ha amenazado a los restaurantes; aparentemente peligraría la reducción del IGV al 9% porque el Estado ha perdido S/.800M y no se ha visto ninguna reducción en las atenciones que se brindan en ellos. Necesitan recaudar para cerrar la brecha fiscal y seguir manteniendo en absurda agonía a Petroperú; al MEF no le interesan los muertos y heridos en el camino. No me pronuncio sobre la compra de los 24 aviones de guerra, aparentemente financiados con recursos del gas de Camisea. Solo espero que sean absolutamente indispensables y no se enriquezcan varios en el camino.
Las consecuencias de eliminar el Drawback son gravísimas, matarían al sector exportador no tradicional. A nadie le gustan los subsidios, pero es muy fácil decirlo desde la comodidad de una oficina de consultoría: cero riesgos. Se requiere tener un poco de empatía con aquellos que luchan cada día para compensar la pésima infraestructura, las diabólicas leyes laborales y la interminable permisología. Muy tibio el comunicado de los gremios; la eliminación no solo es inoportuna sino una destrucción instantánea de valor, por cuanto implicaría despidos y, eventualmente, el cierre de empresas o reducir costos a través de juguetear con la tentadora informalidad. Imposible trasladarlos a los compradores del exterior. Las exportaciones textiles se verían seriamente afectadas, al igual que la de granos. Competir con Bolivia en la exportación de quinua es un duelo a muerte.
Afortunadamente, tenemos a una excelente ministra de Comercio Exterior que, con mucha inteligencia, habría logrado suspender la entrada en vigor de este despropósito, creando una mesa de trabajo que abarcará al sector público y privado para determinar una política justa que fomente las exportaciones con valor agregado. ¡Gracias, ministra!
El Estado solo ha crecido en estos últimos años, su reducción sería la mayor fuente de ahorro. Tiene que dar el ejemplo y dejar de mirar siempre al sector privado. El Congreso tiene 130 parlamentarios y más de 3,000 trabajadores; cerca del 75% de su presupuesto se va en gasto corriente. El amiguismo y el pago de favores son el factor más importante en la contratación. Si tuvieran un verdadero compromiso con el país, reducirían su personal a un tercio y trabajarían de vez en cuando. Por lo menos asistirían a las sesiones del Pleno y Comisiones con cierta regularidad. Su mayor esfuerzo es ponerle firma a los proyectos que les preparan sus asesores, ya que algunos ni se toman la molestia de leerlos.
Hay que reducir el Poder Ejecutivo. ¿Para cuándo la fusión de ministerios? Podríamos desaparecer el MINAM y resucitar las direcciones ambientales en los diferentes ministerios. Eran mucho más especializadas y eficientes. Convertir a Cultura en el otrora INC y la absorción de Mujer y Poblaciones Vulnerables por el MIDIS. Tres entidades menos generarían un gran ahorro.
Boluarte podría poner de su parte y renunciar a las decenas de patrulleros y policías que la siguen; su vanidad y miedos nos cuestan demasiado.
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