El golpe de Estado en Gabón
Otra vez debemos volver nuestra mirada sobre el África subsahariana, es decir, el África negra, que es la parte del continente más vulnerable –lo hicimos hace pocas semanas por la situación en Níger donde se produjo un golpe de Estado– y esta vez ponemos nuestra atención en Gabón, cuya denominación oficial es República Gabonesa, país costero en la porción oeste de África donde también acaba de consumarse un golpe de Estado.
Las razones en ambos casos son distintas. En Gabón, país con 2.3 millones de habitantes (limita con Guinea Ecuatorial y Camerún al norte, con la República del Congo al este y sur, y con el océano Atlántico, al oeste), abunda el petróleo y es verdad que su realidad no ha sido como en la inmensa mayoría de países africanos, más bien sumidos en la pobreza.
Gabón, con apenas 63 años de vida independiente –la alcanzó de Francia, que asumió el estatus de protector del país en 1839, el 17 de agosto de 1960–, la realidad más bien ha sido la de un país con importante crecimiento económico, siendo el cuarto con el mayor desarrollo humano y con un PIB per cápita relevante, solo siendo superado por Guinea Ecuatorial y por Botsuana, y en ese marco, su talón de Aquiles ha sido que el poder estuvo en pocas manos y casi, como si fuera hereditario, de padre a hijo, sucesivamente, teniéndolo Léon M´ba desde 1961 en que fue elegido, luego El Hadj Omar Bongo, que era su vicepresidente, y a su muerte, desde 1967, hasta el fallecimiento de este último en 2009. Lo que acaba de pasar en la víspera es que un grupo de militares decidió defenestrar al presidente, Ali Bongo, hijo de Omar Bongo, colocando en su lugar al general Brice Oligui Nguema, comandante de la Guardia Republicana, unidad de élite de las Fuerzas Armadas del país.
A pesar de haberse producido elecciones, los militares alzados como miembros del Comité para la Transición y la Restauración de las Instituciones, decidieron el golpe por considerar que hubo denuncias de fraude que no podían pasarse por alto. En el fondo, pareciera que ha dominado el deseo de ponerle fin a una cadena de mando familiar en el poder gabonés. Para asegurar la eficacia de la medida coactiva, los militares han disuelto todas las instituciones de la República, entre las que sobresale, desde luego, el Senado, la Asamblea Nacional y el Tribunal Constitucional.
Finalmente, será bueno recordar que el común denominador de las naciones africanas subsaharianas es la poca consistencia de las instituciones constitutivas del Estado.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.