El inminente encuentro entre Donald Trump y Benjamín Netanyahu
Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de América y Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, tienen química política convencional, es decir, no parece una química natural o espontánea pero se trata de una llena de compatibilidades a la luz de los intereses que ellos y sus países mantienen, aun cuando entre ambos se han visto algunos desalineamientos -Cuando Trump anunció la cesación completa de las hostilidades entre Israel e Irán, y la guerra proseguía por las acciones militares de Israel como también de Irán-, que llevó a crear la idea de que habían roto palitos. El ataque planeado en base a la denominada guerra preventiva -sin aval en el derecho internacional-, contra Irán, ha confirmado, una vez más, la alianza estratégica entre los gobiernos que lideran. Mirando las últimas décadas, la aprehensión de las compatibilidades políticas y militares entre Estados Unidos e Israel, y la eficacia de las coordinaciones entre ambos mandatarios, ha fortalecido la relación bilateral entre los países que lideran, cuya referida alianza o pacto, que lleva también varias décadas, prácticamente desde que Israel existe como Estado en 1948, se mantiene incólume. Ambos mandatarios -debo precisar que Trump es jefe de Estado y Netanyahu, jefe de Gobierno, pues Isaac Herzog, presidente de Israel, es el jefe de Estado, siendo que el poder político y ejecutivo, lo concentra el referido primer ministro-, se reunirán el lunes entrante en la Casa Blanca y seguramente para dos cosas: 1) Evaluar los resultados de la denominada “Guerra de los Doce Días”; y, 2)Definir sus acciones conjuntas mirando la guerra declarada por Israel a Hamás y la calamitosa situación de Gaza, lo que incluye el asunto de los rehenes israelíes que aún permanecen retenidos en manos de los milicianos extremistas considerados por Israel y por Estados Unidos, grupos terroristas. Es altamente probable que ambos gobernantes reafirmen el plan que bosquejaron y siguen planeando para el Medio Oriente. El mundo ha cambiado y las relaciones internacionales contemporáneas también, desarrollando un conjunto de variables muy dinámicas, propias de nuestro tiempo, con enorme imperio del poder, por lo que dicho plan debe ser compatible con el respeto máximo del destino de Palestina y de su pueblo, que sigue siendo, a mi juicio, el tema de central y de fondo más sensible de la relación bilateral. Trump y Netanyahu, deberán ir a fondo en este asunto, que es la llave maestra para la paz que no existe en Medio Oriente.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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