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El laberinto de la minería informal

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Fecha Publicación: 20/05/2025 - 22:00
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So pretexto de hacer realidad una lucha frontal contra las economías ilegales, que cada día se apoderan de más territorios con total impunidad, la minería formal solicita la eliminación del Registro Integral de Formalización Minera (REINFO), criticando al gobierno por un reglamento que —según ellos— fomenta una condición hereditaria y un paso a la eternidad. ¡Nada más alejado de la realidad!
Confundir el cambio de titularidad en un Registro de Formalización con una condición heredable de por vida únicamente demuestra que el sector formal, o desconoce la problemática socioeconómica local (algo que resulta improbable —por cierto—), o nos quiere imponer una ceguera de la realidad con altísimos niveles de intolerancia y discriminación hacia un actor que hoy ya no pueden controlar, pero con el cual convivieron las últimas décadas, incluso haciendo negocios juntos: los mineros ilegales.
Sabemos que uno de los problemas de fondo es la total ausencia del Estado en esos territorios remotos donde se realiza la actividad minera. Este vacío gubernamental, como todo vacío institucional, es finalmente sustituido por un poder social que impone un nuevo orden. Estas son las economías ilegales. Pero no trabajan solas. Son transnacionales globales que intervienen los territorios donde autoridad y presencia gubernamental son débiles o ausentes. Ese es el mundo real. Negar su existencia normativa no los elimina como actores reales en el escenario social. Ellos siguen existiendo. No reconocerlos es un absurdo monumental. Únicamente son invisibles hasta que su actuar violento nos toca de cerca.
El vacío gubernamental genera una disputa entre formales e ilegales, y en medio tenemos a esos emprendedores que finalmente deben decidir a qué poder se someten. Al que impone la fuerza bruta y la violencia, o al que cree que publicando normas inútiles que muy pocos cumplen cambiarán la realidad.
Esta batalla la vienen ganando los ilegales. ¿Realmente creen los empresarios formales que eliminar el REINFO es la solución para combatir con eficacia al enemigo público número uno de la convivencia social? ¿Acaso creen que con narrativas conspirativas y denuncias periodísticas en medios especializados lograrán cambios conductuales en el comportamiento del actor informal o ilegal? ¡No seamos ingenuos! Esta lucha no puede reducirse a imponer con mano dura una normativa. Requiere que todos los actores se sienten en una mesa de diálogo y negocien, para encontrar soluciones que beneficien a todos.
El reto no es negar la realidad. El reto es articular soluciones que involucren a mineros formales, informales e ilegales. Deben sentarse con el enemigo. Si no comprenden esta realidad, su actitud prepotente y absurda los podría llevar a perder el negocio y la vida. ¿Seremos capaces de dialogar y encontrar salidas que incluyan a todos? Ser maximalistas es la peor decisión en estos casos.

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