El lado vanidoso de la corrupción

En una ocasión un hombre que estaba pasando por un periodo de carencia económica y con poco dinero en los bolsillos se encontraba deambulando por las calles de su ciudad, al pasar por una librería vio en uno de sus escaparates un libro cuyo título le provocó la desesperación urgente por adquirirlo, esperanzado y dispuesto a gastar lo poco que le quedaba en los bolsillos pidió al dependiente que prontamente se lo vendiera, el título del libro era “CÓMO HACERSE MILLONARIO DE LA NOCHE A LA MAÑANA” ansioso esperó que el vendedor lo tomara del escaparate, su ilusión desesperada de encontrar la receta que lo sacara de lo misio en que se encontraba lo azuzaba aún mucho más, el vendedor tomó el libro y empezó a envolverlo y al hacerlo le añadió un libro adicional y lo puso encima del otro a fin envolver ambos libros, asombrado y rechazando lo que estaba observando el hombre misio le reclamó, sólo le estoy comprando un libro porque me envuelve dos, a lo que el vendedor con total tranquilidad le explicó; es que cuando vendemos el libro “Cómo hacerse millonario de la noche a la mañana” siempre le ponemos de cortesía el texto del Código Penal, para que recuerde mi buen amigo que es imposible hacerse millonario de la noche a la mañana sin delinquir para lograrlo.

Esta vieja anécdota se encuentra conectada a la vanidad delictuosa de Dina Ercilia Boluarte Zegarra, a lo que era antes de ser presidenta y a lo que es hoy en día, hoy es la primera mandataria mujer contra las cuerdas por su pedantería, por no querer verse misia, común, sencilla, hoy está arrinconada por un evidente desbalance patrimonial y unos relojes Rolex por los cuales no tiene explicaciones para el Perú exponiendo su procedencia lícita, eso es grave, los superfluos relojes costosos de Dina, presidenta de un país empobrecido como el nuestro han desnudado la punta del iceberg de una mandataria cuya decencia ella misma se ha encargado de aniquilar, el Perú empieza a verla como lo que siempre fue, una FELONA, CÍNICA y OPORTUNISTA, una persona SIN FORMACIÓN NI PRINCIPIOS, una mujer que decepcionó a todos los peruanos, especialmente a nosotras las mujeres quienes esperábamos que marcara la diferencia, lamentablemente nos equivocamos, Dina es una politiquera descarrilada por su envanecimiento que la pone en el brasero de la crítica ciudadana que está incinerando su petulancia ambiciosa y angurrienta, las denuncias de Henry Shimabukuro que la acusó de recibir dinero de empresarios que luego se beneficiara con contratos en el ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), cartera que presidió cuando era vicepresidenta o la grave imputación de Maritza Sánchez que también la denuncia por las supuestas coimas que habría recibido por parte de proveedores del programa Qali Warma cuando la jefa de Estado también era titular del Midis, acusaciones que hoy cobran relevancia por el perfil corrupto que empieza a calzar en la silueta presidencial antiestética de Dina Boluarte.

Es desalentador para un país tan golpeado por la corrupción como el nuestro tener una colección de presidentes coludidos con la mugre de la deshonestidad y el aprovechamiento de sus cargos, el problema es el riesgo que los peruanos nos estemos acostumbrando a aceptarlo como algo normal, eso será el principio del fin de un Perú desfigurado por el choreo y el pillaje de los políticos en el poder.
He dicho.

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