El ladrón de guardián
El régimen comunista que preside Castillo ha nombrado “comisarios políticos” en las FF.AA. ¿Objeto? Delatar a los “enemigos de la revolución”. Igual hicieron Castro y Chávez. Bajo el eufemismo de “Constituir una Red de Oficiales de Integridad” dentro del Sector Defensa, el fiscal/ministro Carrasco quiere “fortalecer la cultura de integridad mediante la articulación permanente de los responsables de la función (otra vez) de integridad en el sector, a fin de coadyuvar en la implementación del modelo de (nuevamente) integridad y optimizar la capacidad preventiva y defensiva (sic) del sector frente a la corrupción”, el ministro de Defensa, sometido al ucase palaciego, ha puesto a nuestros uniformados bajo la lupa de unos cuantos selectos soplones, para neutralizar cualquier malestar institucional so pretexto de “actos de corrupción”.
Lo insólito es que el fiscal/ministro intenta venderle al país una imagen purista, habiendo sido cómplice personalísimo de las encuentros furtivos de su jerarca, el mandamás Castillo, en ese antro de sospechas que es la “casa de Breña”, mientras se reunía con proveedores del Estado que resultaron favorecidos con multimillonarios contratos por entes del Estado.
¡No pues, señor Carrasco, ministro de Defensa y antes del Interior! Con sus credenciales –jurar como ministro del Interior siendo fiscal en ejercicio, y apañar al presidente en uno de los eventos más emblemáticos de la corrupción, como es reunirse a oscuras con aspirantes a concesionario del Estado que antes lo visitaron sendas vences en palacio de gobierno- usted no tiene patente para convertirse en zar anticorrupción de nada. Menos aún, de las Fuerzas Armadas.
Otrosí. El régimen comunista que preside Pedro Castillo se mantuvo, se mantiene -¿y se mantendrá?- callado, ante una verdadera agresión lindante con haber traicionado a la patria. Como admitir que un extranjero, agitador de masas, ex presidente comunista de Bolivia que defenestró con asonadas sangrientas y mortales al ex presidente de su país, y delegado del enemigo público número uno de la democracia latinoamericana, el marxista Foro de Sao Paulo, ingrese ene veces a territorio peruano para ensamblar un evento destinado a incorporar al Perú a una entelequia roja denominada “América Plurinacional”.
Esta tiene como objeto robarle territorio al Perú para cedérselo a Bolivia bajo la excusa de una ”salida al océano Pacífico”, como parte de una “nación aymara” que promueve Morales. Planteamiento que forma parte, asimismo, de la estrategia del comunismo sudaca para convocar, en forma soterrada, a una asamblea constituyente en nuestro país.
¿El objetivo? Incorporarnos a “la patria grande bolivariana” ideada por Chávez. Hablamos entonces de un intolerable atentado contra la soberanía nacional, gestada con evidente autorización del presidente Castillo. Hecho que lo convierte a él y su gobierno –particularmente al ministro de Defensa, responsable de resguardar nuestro territorio- en traidores a la patria. La presión pública ha sido tal que el forastero Evo Morales se vio obligado a abandonar –momentáneamente- su atentado contra el Perú, patrocinado, repetimos, por el propio Pedro Castillo Terrones.
Este y su ministro comodín Carrasco intentan darnos clase de anticorrupción, mientras atentan contra la soberanía, independencia y seguridad nacional. ¡Por favor!
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