El ministro que no pudo sortear la Era del Hielo
A estas alturas, queda claro que Kurt Burneo, el ministro de Economía, no da la talla para afrontar el creciente enfriamiento económico mundial que ya nos empieza a congelar: en agosto se registró un magro 1.68% del PBI, donde el 80% se explican por los sectores: “otros servicios” (servicios inmobiliarios, juegos de azar, actividades deportivas, recreativas etc.) y “derechos de importación y otros impuestos” (INEI). Es decir, humo.
Esta desaceleración, que el FMI confirma proyectando un alza de 2.7% del PBI del Perú en el 2022 -por debajo de la meta de 3.3% de Burneo- nos sitúa en el puesto 33 de 37 entre los países del Caribe y LATAM. No podemos estar peor. Hace 15 años peleábamos por el primer puesto, ahora el MEF se conforma con no ser el colero. En este frígido clima, la clasificadora de riesgo Fitch, recortó a 2.3% del PBI el vaticinio del 2022 y además, cambió la perspectiva de la deuda pública de estable a negativa (a un paso del abismo) manteniendo por el momento la calificación de riesgo en BBB, alertando que podría socavar esta trayectoria: “las múltiples investigaciones de corrupción que involucran directamente al presidente…”. Ante lo cual, el ministro Burneo, que reapareció en el papel de “Frozen”, respondió con una perogrullada: “no han bajado el grado de inversión a Perú, sino que han formulado un cambio en la perspectiva de desempeño local de estable a negativo” (Amcham 21/10/22), y enseguida puso el parche: “de darse una rebaja en la calificación -pérdida del grado de inversión- se daría en un contexto de una economía internacional inestable”. O sea, no sólo se lava las manos, sino que se pega un duchazo. Empero, el exministro de Economía Alfredo Thorne advierte: “dentro de seis meses, cuando Fitch revise la calificación, la probabilidad de que la bajen es bastante alta”. Y, perderíamos el grado de inversión que costó sangre, sudor y lágrimas.
En tanto, con el casco de bombero puesto el presidente del BCR, Julio Velarde, trataba sin mucho éxito de controlar el fuego en los mercados: “No veo una justificación para una rebaja de la calificación cuando hay capacidad de pago… me parece injusto. Lo que importa es la capacidad de pagar deuda... Están midiendo si el Perú puede pagar deuda. No están diciendo si el gobierno es bueno, es malo, es honesto o corrupto” (21/10/22). Algo así, como no me defiendas, compadre.
Para remate, Burneo sigue aumentando el déficit. Acaba de regalar US$ 1,000 millones a Petroperú, que se suman a otros US$ 750 millones (DU 10-22 13/5/22). Pero, eso no es todo. Ha despilfarrado S/ 2,134 millones del FEPC (Fondo de Estabilización de Combustibles) –mediante un Crédito Suplementario por S/1,644 millones y otros S/ 490 millones (DS 190 EF)-, para evitar que suban los precios del GLP, diésel y los combustibles de 84 y 90 octanos que siguen por las nubes, gracias a que el expresidente Francisco Sagasti (RD 244-2020 MINEM) elevó los “precios de referencia” para perjuicio de los consumidores y beneficio de la petrolera estatal (a la que le cae “un cachito”) y de Repsol, Valero, Exxon y de pasada Primax, que se aprovechan de tanta ineficiencia, para vender la gasolina más cara de América.
¿El contralor “regional y municipal” que anda sumamente ocupado chequeando la lista de Fertiabonos, podría darse un tiempo para realizar un arqueo en las cuentas del FEPC?
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