El multiuso del caso Alejandro Toledo

Una veta de enorme potencial de explotación para los interesados en sesgar la opinión pública, de acuerdo con sus particulares intereses, es el caso judicial de Alejandro Toledo, que todavía tiene de por medio dos pasos por desarrollar: el control de acusación y el juicio oral; que en términos de tiempo puede implicar fácilmente un año.

El Ejecutivo es uno de los sectores que pueden usar el caso del expresidente, para entretener a la ciudadanía por tres motivos principales: 1) cumplir el objetivo de quedarse hasta julio de 2026, 2) pasar a segundo plano las malas cifras de la economía, dos meses de decrecimiento del PBI e inflación interanual del 8 %, y 3) aprobar medidas controvertidas como: la maquillada reforma del sistema de pensiones, el retroceso en la inversión privada, el otorgamiento de lotes petroleros a Petroperú y la masificación del gas natural.

También hay terreno para las luchas internas en el Ministerio Público: integrantes del equipo especial versus la Fiscal de la Nación. Los primeros luchan por recuperar el protagonismo y poder que tenían y la titular de la institución que busca sobrevivir y consolidarse en el cargo, a pesar de todos los señalamientos que se le hacen. En este ejercicio, van a buscar primeras planas con la filtración de información de los interrogatorios.

Por el lado de la defensa del exmandatario, aún no tiene definido el derrotero para intentar un arresto domiciliario y una condena atenuada. En ese sentido, podría cambiar la línea inicial de la inocencia y aceptar culpabilidad señalando a terceros, que pueden ir desde exfuncionarios de su gestión gubernamental hasta empresas.

En caso la defensa se oriente por acusaciones por doquier, habrá intensa guerra mediática entre enemigos políticos y empresariales, que irá desde la campaña de descrédito de la palabra del hombre de Cabana, donde tienen ventaja por los antecedentes de mendacidad frecuente del procesado, hasta propagandizar supuesta verosimilitud de lo que afirme.

Si ponemos el interés del país por delante, de lo que se trata es de ponerle énfasis a los temas trascendentes de la economía y la política y alertar para no distraerse de la pirotecnia mediática que habrá de todas maneras y que los operadores pretenderán imponernos.

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