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El mundo da vueltas, fiscal Domingo Pérez

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Fecha Publicación: 05/05/2019 - 22:20
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El fiscal Domingo Pérez –auspiciado por su superior Rafael Vela Barba y, por cierto, con el visto bueno de Zoraida Ávalos, la fiscal de la Nación– exige al fiscal supremo Víctor Rodríguez Montesa que se inhiba ante la sala que verá la casación interpuesta por Keiko Fujimori. Ocurre que La República –vocero oficioso de Palacio, el IDL y la Fiscalía de la Nación– alega que tanto Rodríguez Montesa como el juez Aldo Figueroa, que conforma dicha Sala Suprema, están vinculados al caso ‘Cuellos Blancos’. Así lo habrían denunciado dos colaboradores eficaces. Pero veamos. Siguiendo la lógica de La República –ergo IDL–, según dos deponentes incógnitos calificados como testigos válidos por un fiscal –no por un juez–, ambos miembros con rango supremo de nuestro sistema de Justicia forman parte de una red criminal. Así de fácil imputa crímenes la progresía marxista en este desorientado Perú. Tal como sucede en Cuba y Venezuela, y como antes también aconteciera en los países detrás de la Cortina de Hierro.

Sin duda ocurre que, como la casación se verá en el fuero Supremo, quien intervenga por cuenta del Ministerio Público será un fiscal supremo. No Domingo Pérez. Situación que debe haberle producido vértigo al Elliot Ness criollo. Y presumiblemente por esta razón Pérez habría montado en cólera, demandando la inmediata inhibición del vocal “por sus vínculos con la organización 'Los Cuellos Blancos del Puerto', y la relación de esta red con el partido Fuerza Popular”. El argumento de este vocal ideologizado y sesgado –contra todo lo que tenga que ver con ciudadanos opuestos a la progresía marxista, con la cual él simpatiza– coincide plenamente con la teoría del pensamiento único. Aquella que le proscribe al ciudadano el libre ejercicio de sus derechos porque sus simpatías políticas son contrarias a las del régimen de turno. Pero recuerde, fiscal Pérez, que es usted un funcionario digitado por el Estado para perseguir el crimen de manera desapasionada; siguiendo el mandato de las leyes. Jamás para satisfacer sus particulares afinidades y/o consignas políticas.

En un Estado de Derecho la Justicia es aséptica y eficaz. No ineficiente y apasionada como usted, fiscal Pérez, viene imponiéndola en los procesos que se le encomiendan sujetos a cumplir estricta, legítimamente su deber ante la sociedad. Y no para deleitar sus escrúpulos; tampoco los de sus mentores ni los de aquellos radicales que surgen teledirigidos por una ONG derechohumanista que se arroga la conciencia ética de los 30 millones de paisanos. Recuérdelo siempre, fiscal Pérez. El mundo da vueltas. Por tanto más temprano que tarde se desintegrará este castillo de naipes construido por la progresía marxista sobre los podridos cimientos de los regímenes de Humala y PPK-Vizcarra. ¡No durará en el tiempo como le hacen creer sus ocasionales aduladores! En política, como todo en esta vida, solamente perduran quienes tienen la cabeza bien amoblada, los principios morales verdaderamente sólidos y la entereza de saberse apegados a la Constitución y la ley. Nada que ver con esa justicia farandulera, fanática y mediática que viene usted exhibiéndonos.

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