El norte del Perú concentra nuestro futuro
En momentos de crisis mundial, cuando las proyecciones de nuestra normalidad se ven amenazadas, es cuando debemos poner mayor atención a los beneficios que tenemos de ser un país tercermundista. Es cierto, siempre estamos varios pasos por detrás de las principales potencias del mundo, aquellas que con mucha inversión en industrialización y tecnología (y muchas otras cosas más), han logrado consolidar sus economías y dar así estabilidad a sus ciudadanos; pero hoy el mundo requiere insumos, dado que se avecina un inevitable déficit de alimentos en el mundo, la guerra como principal factor ha ocasionado este gran periodo de escasez, pero es aquí donde nuestra biodiversidad debe dar un paso adelante en favor, primero, de nuestro país y luego aprovechar el gran beneficio de tener lo que en el mundo falta.
Dicho esto, vemos cómo el gran esfuerzo desarrollado durante las dos últimas décadas en el norte del país puede experimentar un verdadero “boom agrícola”, sacando gran provecho a esta enorme ventana comercial que se abrirá en el mundo; todo aquello que esté relacionado a la agro producción, agro exportación, logística alimentaria en general, será un gran centro de negocios.
Nosotros como país hemos consolidado nuestra marca en frutos emblema como la palta, los arándanos, el limón sutil, los espárragos, el tomate, la cebolla blanca y unos cuántos frutos más que al dia de hoy son muy valorados en los mercados internacionales; pero es aquí donde esa experiencia de agro industrialización consolidada en el norte debe ser replicada en todo el país, generando mejoras logísticas cruciales en demás cultivos y multiplicando nuestra oferta sostenida al mundo de frutas y verduras.
Tenemos ya modelos que han sido exitosos, debemos encontrar los medios para poder poner en marcha los procesos de implementación de maquinaria, fertilización y abonado, en general toda aquella gestión de campo que nos permite tener mayor rendimiento por área de cultivo. Las políticas que se apliquen a nivel de incentivos para este sector serán claves para nuestro desarrollo, por ejemplo, el poner como requisito una cuota de venta al mercado interno, de esa manera los precios serían más accesibles y no sentiríamos tanto la pegada de la crisis mundial de alimentos que se nos avecina. Es tan grande la escasez que se espera, que el crecimiento de precios se proyecta hasta en un 100% en muchos casos a nivel mundial, tenemos ventajas comparativas indiscutibles, hagámoslas ventajas competitivas y tomemos esta coyuntura como un propulsor de desarrollo; la respuesta la tenemos nosotros... ¡a trabajar! Buena semana para todos.
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