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El padre Sors y la Tacna heroica

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Fecha Publicación: 10/05/2025 - 21:30
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Sebastián Ramón Sors nació el 24 de septiembre de 1811 en la comarca de Centelles cerca de Vic, en Barcelona. Fue hijo de Carlos Sors y Mestre y doña Ramona Tresaguer. Se sabe poco de su infancia y juventud. En su tierra natal se ordenó fraile franciscano y al parecer ahí vivió hasta que estalló la guerra civil entre liberales isabelinos y tradicionalistas carlistas en 1833. El historiador Franco Diaz de Cerio Ruiz (1921-2005), investigando la correspondencia de los obispos españoles con el Vaticano identificó a Jose Sors, sacerdote de Vic, partidario carlista y a su hermano Sebastián, fraile, que luego de que su convento fue quemado por los liberales, comandado una guerrilla de clérigos carlistas conocida como la “columna sagrada”.
El historiador tacneño Carlos Alberto Gonzales Marín sostiene que Sors llegó exiliado a Arica en febrero de 1838 y luego partió a La Paz donde se dedicó a la enseñanza y editó un catecismo conservador titulado “El hombre en sociedad o el verdadero patriota” (1839).
En 1840 regreso a Tacna para abrir una pequeña escuela privada, pero los progresistas se opusieron enérgicamente. Preferían una infancia en la ignorancia a una enseñanza conservadora. Poco tiempo después monseñor Goyeneche lo designó párroco de la cuidad y pudo abrir su escuela parroquial, la cual, en poco tiempo, se convirtió en el mejor centro educativo de la provincia.
Los tacneños, rivales seculares de los ariqueños, en 1842 se opusieran al “Director Supremo”, don Manuel I. Vivanco y su partido regeneracionista que era muy popular en Arica. Por eso el 17 de mayo de 1843 los pobladores de Tacna, le pidieron al padre Sors, que convenciese al general Castilla para que liderase en la ciudad un alzamiento constitucionalista. Don Ramón, atendiendo el pedido de su amigo, el antiguo cura guerrillero y, bajo la bendición de la virgen del Rosario convertida en “mariscala de las fuerzas de la ley” comenzó la campaña que lo llevaría a la presidencia en 1845.
En Tacna el 31 de agosto de 1848, onomástico de Castilla, el párroco Sors estableció el moderno hospital de San Ramón Nonato que fue regentado por las Hijas de Santa Ana. También reconstruyo la catedral que se había derrumbado en un sismo en 1833, fundo el cementero que hoy lleva su nombre y siempre se ocupó en atender a las víctimas de los recurrentes temblores y epidemias.
Pero más allá de las grandes obras materiales que realizó el viejo guerrillero con sotana, su más importante logró fue formar a la juventud tacneña en las virtudes del desprendimiento y el patriotismo. El mismo no fue ajeno al amor a su tierra de adopción y, por ello, el padre Sors renuncio a su nacionalidad de origen y se naturalizo peruano mediante una solemne resolución del congreso fechada el 20 de septiembre de 1851.
En 1875, ya anciano, el padre Sors murió pero, pocos años después, durante la infausta invasión chilena de 1879, sus queridos tacneños, hombres y mujeres, formados en su catequesis y en sus clases tuvieron la oportunidad de demostrarle a la nación, con sus más terribles sacrificios, y con 50 años de cautiverio, que eran dignos exponentes de la escuela de heroísmo que forjo un sacerdote que enamorado del país y su pueblo, quiso hacerse peruano.

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