El país se hunde: nuestro transporte tercermundista
Uno siempre obtiene lo que merece. Sobrevivimos en el país que tenemos porque eso es lo que hemos permitido por conformismo y mediocridad. La últimavez que estuve en un bus de transporte público en Lima fue en el 2020. Es definitivo que cuando alguien encuentra un
mejor servicio, está dispuesto a pagar un precio más elevado por ello. ¿Qué significa esto? Que en los últimos años, el 8.7 % de peruanos ha abandonado el transporte público.
Esto ocurre porque el sistema de buses que tenemos (y merecemos) está al nivel del quinto mundo. Estamos al nivel de la India. ¡Imagínese! Entonces, si los peruanos están dispuestos a pagar más por algo que les dé mayor rapidez y comodidad, ¿por qué hasta ahora ningún líder ha decidido arreglar la vida de millones de peruanos? Esto no será gratis.
Veamos. Más del 80 % de quienes vivimos en Lima y Callao nos transportamos en algún tipo de vehículo, ya sea en buses viejos (ilegales y apretados), colectivos informales, tren eléctrico, corredores, motos, autos propios, etc. ¿Qué nos motiva a movilizarnos? Existen tres aspectos fundamentales en la vida diaria de los limeños: el 39.1 % lo hace por trabajo, el 20.5 % por estudios y el 20 % por compras. Es decir, con el
transporte tercermundista que tenemos, estamos arruinando y deteriorando la vida, ánimos y amor por su patria de millones de peruanos. Esto se pondrá peor. ¡Tenemos el peor tráfico de América Latina! Al igual que la delincuencia e inseguridad, si un gobierno no puede destruirlas y mantener seguros a su gente, es porque ese gobierno y Estado son cómplices. Esto también sucede en el transporte: si después de más de 20 años no podemos tener un transporte mínimamente decente, es porque el Estado está infectado de corruptos que pactan con los ilegales (por que lo que tenemos no sólo es informalidad, es ilegalidad). En ese campo, empezamos a luchar contra mafias del transporte
que nos quieren seguir hundiendo en el tercer mundo.
No solo tenemos el peor tráfico de toda la bendita región. También somos el país con la menor cantidad de carriles en todo Lima y país entero; es decir, nuestras pistas o carreteras son demasiado angostas. Y por toda esta mediocridad y realmente triste realidad que vivimos es que, increíblemente, también somos el país con el costo de pasaje más caro en la región, sólo después de Chile. ¿Pueden entender eso? Pagamos demasiado para recibir que nos destrocen la vida, y que perdamos casi tres horas diarias de nuestra vida estancados en un tránsito que ha fracasado hace más de 20 años.
¿Qué haremos? Digitalizar todo el proceso. Solamente al entrar a la tecnología, lograremos formalizar a todos. De esta manera, los transportistas podrán acceder a créditos para modernizar su flota. Y por supuesto, el Estado será un garante de estos préstamos. Si estamos seguros de que nuestro plan va a funcionar, tenemos que respaldar a todos los que apuesten por él. De esta manera, nos vamos a deshacer de todos los informales e ilegales. Así crecerá el mercado de vehículos, se genera empresa y más trabajo calificado: más profesionales.
Quien se oponga a esto es una mente destinada al fracaso.