El Parlamento Andino y sus 43 años de supranacionalidad

El martes 25 de octubre el Parlamento Andino ha cumplido 43 años de creación y con una admirable vigencia ininterrumpida que va camino firme a su cincuentenario que será todavía en 2029. El derrotero para que nuestro órgano de control político por excelencia en la subregión andina siga empoderándose es entera responsabilidad de los veinticinco parlamentarios andinos que lo integramos, cinco por cada país: Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y el Perú.
La agenda que ha desarrollado el Parlamento Andino desde aquel 25 de octubre de 1979 ha sido una de contenido vigoroso para coadyuvar en la construcción y consolidación de la integración andina y ese objetivo está inspirado en el gran legado que nos dejaron ilustres hombres y mujeres de nuestra tan preciada región durante el inicio del siglo XIX cuando comenzaron a forjarse la inmensa mayoría de los Estados independientes y soberanos que hoy vemos en la región andina y también en toda América.
En la época en que fue creado el Parlamento Andino en el mundo estaban produciéndose grandes esfuerzos por la formación de bloques económicos de integración. El propio Acuerdo de Cartagena, fundado diez años atrás, en 1969, le seguía los pasos a la integración de los europeos luego del impacto y las secuelas de la Segunda Guerra Mundial, y que venían de un notable proceso de unidad, cuyo mayor y más aplaudido auge integrador fue con el Tratado de Maastricht de 1993 que dio paso a lo que hoy conocemos como Unión Europea. En ese trayecto y hasta ahora el Parlamento Andino se ha dedica a exclusividad a sumar y no restar, en todos los objetivos de la ansiada integración andina, sin desnaturalizar su rol como órgano clave del denominado Sistema Andino de Integración.
El Parlamento Andino en estas más de cuatro décadas se ha convertido en la mayor fábrica supranacional legislativa de la región andina, pues de sus propias entrañas siguen creándose leyes que le han dado vida al derecho comunitario que inspira a la Comunidad Andina con el único propósito de hacer realidad la verdadera integración de nuestros países. Pero en este largo proceso hemos visto al tiempo que rutas allanadas para su fortalecimiento, piedras en el camino para conseguir sus objetivos en el ámbito legislativo supranacional y es tiempo de que los gobiernos de nuestros países en completa armonía con todos los órganos que comprenden el referido Sistema Andino de Integración – SAI, creado por la Declaración de Trujillo de 1996, evalúen y decidan la naturaleza vinculante de las leyes que sigue produciendo de manera admirable el Parlamento Andino hasta ahora solamente en la condición de recomendaciones.
En efecto, los proyectos normativos que elaboran los parlamentarios andinos deben seguir el proceso lógico de toda secuencia seria de integración, es decir, convertirse en normas jurídicas vinculantes u obligatorias. No debe temerse a ello en los ámbitos nacionales de nuestros cinco países, pues es lo que corresponde si queremos en realidad que la integración sea concreta, contante y sonante. Un verdadero proceso de integración supone contar con un sistema normativo de puro derecho comunitario eficaz que como sabemos se internaliza en los países miembros sin mayor trámite luego de haberse decidido y con jurisdicción automática e inmediata en cada uno de dichos Estados.
(*) Parlamentario Andino por el Perú, electo por sufragio universal y directo para el periodo 2021-2026.

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