El pasado irresuelto
Las experiencias de los seres humanos quedan perennizadas en el subconsciente de las personas, forman parte del aprendizaje que los ayuda a discriminar al momento de resolver las diferentes situaciones que se presentan en el decurso de la vida. Algunas experiencias son satisfactorias y otras no son gratificantes e intrascendentes, pero se recuerdan cuando las repites, forman parte de la existencia y desarrollo de los individuos.
Las experiencias se comparten, sirven de modelo para orientar a las personas que han pasado lo mismo o se asemejan, empero cada experiencia es individual o colectiva, formando perfiles de personalidad que van a coincidir en determinados momentos con personas afines.
En el mundo interior de las personas tienen que aprender a canalizar las emociones, alegrías, frustraciones, retos porque es parte de la supervivencia. Recuerdo que estaba mirando por televisión una partida internacional de tenis, jugaban un español y australiano, este último se frustraba cuando perdía, tiraba la raqueta contra el piso o disparaba la pelota por cualquier sitio porque le daba cólera que le ganaran. Sin embargo hacían referencia que personalmente era una persona tranquila pero cuando jugaba se volvía poco tolerante, presentando rasgos de personalidad pasivo agresivo que se anidan cuando la personalidad se encuentra en un proceso de estructuración. En estos casos como en muchos, la psicología del deporte tiene que ver mucho para ayudar a este jugador a manejar sus frustraciones, comprendiendo que en el deporte como toda actividad humana se gana o se pierde. Pero no te vas a desbordar demostrando una inmadurez que tiene su origen en experiencias infantiles o adolescencia que no fueron abordadas en su espacio y tiempo, empero nunca es tarde para mejorar una conducta, más aún si eres consciente de una perturbación que te impide seguir desarrollándote.
Se observa muchas veces a personas envidiosas que no aceptan que existe otras que son mejores que uno, no les enseñaron el mundo de la competitividad, que hay personas que tienen menos habilidades y otras más y tienen que aceptarse como son, de lo contrario nunca van a ser felices ni hacer felices a nadie porque no han aprendido sus limitaciones, lo que no quiere decir fracaso, todo lo contrario cada persona es un estereotipo diferente a otros o reúne algunas similitudes, que le permite relacionarse.
Por lo general, ese niño, adolescente, joven o adulto no tiene la responsabilidad de ser así, lo que sucede es que nunca le enseñaron, ni a los padres o personas encargadas de la educación y el ser humano internaliza lo que percibe, lo asimila, procesa y actúa, pero cuando esa personalidad está dificultando ser aceptada como tal hay que tomar conciencia o hacerle ver que su conducta no es la mejor, porque la envidia es un sentimiento de desear lo que uno no tiene sin esmerarte a lograrlo sin desearle mal a nadie y si a pesar de intentarlo no lo logras por diferentes razones les queda la satisfacción de haberlo intentado, quizás puedas lograr otras cosas que las personas no lo pueden lograr y existen las compensaciones que te permiten ser tú mismo sin desear ser la otra persona.
Cuando la persona logre sentirse realizado, aceptarse como es, encontrarás algo maravilloso en la vida que se llama “realización”.