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El pedido mexicano de otorgamiento de salvoconducto para Jorge Glas

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Fecha Publicación: 08/08/2024 - 22:10
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México acaba de pedir a Ecuador formalmente el otorgamiento del salvoconducto al exvicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas, que se encuentra detenido en un centro penitenciario de máxima seguridad, luego de que fuera extraído de la embajada azteca en Quito, tirando al suelo el gobierno ecuatoriano, el principio de inviolabilidad de la Misión Diplomática, conforme la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961. El salvoconducto, que es un documento que protege in pectore a la persona física del asilado, pues esa fue la condición jurídico-política que contaba el exvicepresidente Glas al momento de ser sustraído de la embajada mexicana, y que, a pesar de hallarse actualmente encarcelado, no la ha perdido, permitirá que pudiera viajar a un tercer Estado. Ecuador, en realidad y con rigor, debería entregar el salvoconducto, pero desde el realismo político, está claro que no lo hará, aun cuando se trata de una exigencia a la que este país se ha comprometido conforme los tratados internacionales sobre la materia como es el caso de la Convención sobre Asilo Diplomático de Caracas de 1954. El objeto del salvoconducto es permitir que el asilado, hoy preso, pudiera ser embarcado rumbo al territorio del tercer Estado, que, por cierto, aún no sabemos de qué país se trata. Siendo, entonces, una obligación extenderlo, es verdad que el Estado ecuatoriano, que es soberano, podría decidir no hacerlo como hizo Manuel A. Odría (1948-1956), negándoselo a Víctor Raúl Haya de la Torre que por esa razón permaneció 5 años en la embajada de Colombia aquí en Lima. Aunque será un acto marginal ecuatoriano al derecho internacional, la verdad es que no habrá nada en lo inmediato que refiera lo contrario, si consideramos que México y Ecuador mantienen una relación judicializada ante la Corte Internacional de Justicia por este caso y por esta realidad, pareciera que, por lo menos hasta que no se conozcan avances del litigio en el máximo tribunal de las Naciones Unidas, no habrá nada relevante. Para el gobierno de Daniel Noboa, dejar en libertad a Glas podría costarle políticamente pues significaría un acto de debilidad que acabará en un santiamén, la alta popularidad que ganó precisamente por apresarlo ordenando la incursión policial en la sede diplomática mexicana. Solamente una presión muy grande podría confirmar lo contrario pero no parece ser lo que se vislumbra.

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

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