El Perú lee
La única actividad extracurricular que desarrollé, fue participar en un campeonato Inter escolar de fútbol, jugar dos intensos partidos de fútbol en el estadio nacional y nada más. La educación tradicional era en el colegio, las actividades culturales o literarias, venían de casa.
La pasión por la lectura, fue producto del ejemplo que tuve de mi abuelo, un apasionado de Cesar Vallejo y del Inca Garcilaso de la Vega; de su hijo, mi padrino, ávido lector de literatura rusa. Cuando mi padre se percató de que a los once años ya leía a Mark Twain, comenzó a comprar libros que traía a casa, y los dejaba en su escritorio de allí los hurtaba a escondidas. Así conocí a Julio Verne, a Dumas, a Balzac, a Tolstoi, a Víctor Hugo, a Rubén Darío, a Vallejo, a Chocano; con ellos llegaron a casa, El Cid, Los Mosqueteros, Ivanhoe, Tom Sawyer, junto con los poemas de Neruda, García Lorca, Lope de Vega, ellos fueron con el tiempo mis personajes preferidos y quienes alimentaban la imaginación. En el colegio, solo nos hicieron leer a Hamlet, y por ser un ejercicio impuesto, fue difícil leerlo.
Hace unas semanas, por instancias de la profesora Angélica Vera Tudela, del colegio Canonesas de la Cruz, en Pueblo Libre, participé como jurado calificador en el concurso interno “El Perú Lee”. Como parte del jurado debía calificar y seleccionar a los mejores alumnos que presentaban y explicaban mediante videos y podcast los libros que habían leído, la biografía del autor, que valores encontraban en las novelas, cual había sido su experiencia al leer, así como cuál era el mensaje de los textos escogidos por ellos. En pocas palabras medir el nivel de comprensión lectora del alumno. Los ganadores de este concurso, que abarcó desde el nivel inicial hasta el quinto de secundaria, van a representar a su colegio en el concurso “El Perú lee” que organiza el Ministerio de Educación, y que está en su etapa UGEL. Dicho concurso es a nivel nacional.
Es admirable y digno de resaltar el compromiso de los profesores, el entusiasmo de los alumnos, la ilusión y las ganas con la que han elaborado sus videos y podcast. Es realmente esperanzador que haya instituciones privadas y nacionales que apuesten por participar en este tipo de concursos, muy poco conocidos. Pues ello, motiva al alumno y exige del docente un compromiso mayor. Estas iniciativas son poco difundidas por los medios de comunicación y las redes sociales. Hubiera sido lindo y oportuno que en mi etapa escolar disfrutará de la oportunidad de participar en eventos de esa naturaleza.
Es pertinente entonces reconocer el esfuerzo por mejorar la educación con concursos organizados por el ministerio en sus diferentes etapas. Es un avance a favor del alumno en la búsqueda de su crecimiento cognitivo, en completo equilibrio con la realidad que vive el país. El problema se presenta cuando la cultura y la educación es politizada a favor por unos pocos con fines egoístas, alienando al alumno con ideologías y partidismos.
Si nuestros jóvenes leen, crecerán con objetivos individuales, poseerán criterio propio, serán tolerantes, analíticos e independientes. El mundo real no está en las redes sociales.
El Perú tendrá entonces alguna esperanza...
Por Iván Adrianzén
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