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El Perú necesita cambios

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Fecha Publicación: 16/07/2022 - 22:10
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Cuando se pregunta a las personas si es necesario realizar cambios, la mayor parte responde que sí. Sin embargo, cuando el cambio les afecta de manera directa, la percepción de la necesidad varía, ya que lo nuevo puede resultar incierto e impredecible y, por lo tanto, atemorizante. Es necesario trabajar nuestra resistencia natural al cambio.

Mitchel Resnick, del MIT, nos dice que, en la Era Digital en que vivimos desde 1990, es necesario aprender a aprender, a desaprender y volver a aprender para adaptarse a los cambios permanentes. Para ello se hace necesario revisar la forma en que hemos aprendido.

Nuestra educación es básicamente memorista. Nuestros niños y jóvenes ven, oyen, escriben y transcriben lo que dice el docente, mientras que hoy es necesario aprender a explorar, a investigar y analizar para solucionar problemas cada vez más frecuentes, propios de la Era Digital.

La resistencia al cambio entendida como un comportamiento observable en respuesta al desagrado o desafío que sienten las personas como consecuencia de la introducción de nuevas ideas, métodos o dispositivos, es una constante inevitable en el quehacer educativo y laboral, y alcanza a la gestión en todas las profesiones, independientemente de que se trate de ciencias duras (matemática, química, ingenierías, etc.) o ciencias blandas (ciencias sociales, humanas, jurídicas, etc.). Ambas requieren del método científico para lograr una respuesta racional a través de la hipótesis y la capacidad de experimentación que se tiene. Es ahí cuando nos damos cuenta de que el aprendizaje por repetición es demasiado frágil, y que el ser humano necesita acumular experiencias unas sobre otras. Repetir aprendizajes memorísticos no permite a los estudiantes construir sus propios conocimientos, asumiendo que el cambio es permanente e inevitable, y que la resistencia al mismo es natural.

Debemos estar seguros de que hoy, más que nunca, el aprendizaje es permanente.

Se requiere, por lo tanto, una estrategia para encauzar el proceso de desaprender para volver a aprender con naturalidad y de esta manera fomentar la creatividad.

También se requiere de un estudio que permita encontrar estrategias y vías de incentivo por parte de los gestores institucionales, toda vez que los cambios exitosos solo son posibles cuando las personas se han acostumbrado a cambios frecuentes.

El inicio escolar en el Perú se da todos los años como si el verano de Lima coincidiera con el verano de la sierra y de la selva, cuando lo lógico sería que en cada región geográfica hubiera un inicio escolar diferenciado según sus condiciones climáticas, y no como ahora que en la sierra y selva coincide con el inicio de las lluvias.

La resistencia al cambio en las actividades laborales es mayor en el sector público que en el privado, donde la estabilidad laboral depende de la productividad de cada trabajador, mientras que en el sector público a veces el rechazo al cambio implica mantener, con comodidad, la permanencia laboral.

El cambio en la administración de justicia, por ejemplo, pasa necesariamente por una administración digital, que reemplace los tradicionales expedientes que se cosen a mano, muchas veces en varios tomos, solo para emitir una sentencia que a la vez es apelable.

Respecto a la posibilidad de descentralizar el Perú, tengamos en cuenta que recién con la constitución del 79 se plantea la creación del Tribunal de Garantías Constitucionales (hoy Tribunal Constitucional – TC) como máxima instancia judicial. Para el 2016 el TC creó, con el nombre de macrorregiones judiciales, 5 espacios geográficos, con la finalidad de facilitar el acceso de la población a la justicia constitucional. En un artículo anterior he propuesto que estas macrorregiones judiciales se conviertan en las máximas instancias gubernamentales, que generen 5 polos de desarrollo. No tiene lógica que un país tan extenso, con más de 30 millones de habitantes, tenga un centralismo asfixiante que imposibilita el desarrollo del interior del país.

Esperemos que estos profundos cambios, que significarían una mejora significativa en la educación, la generación de mayor confianza en el sistema judicial, y la posibilidad de descentralizar al país, sean las próximas metas a plantearnos como peruanos.

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